jueves, 27 de octubre de 2016

                                                                  STIGLITZ CONTRA EL EURO
La semana pasada estubo en España Joseph Stiglitz promocionando su libro sobre el euro, e hizo diversas declaraciones criticas sobre la moneda unica y la política económica europea y española. Stiglitz uno de los grandes economistas conteporaneo. Profesor en las universidades mas importante del mundo, premio Nobel de Economía en 2001, presidente del Consejo de Asesores Económico de Bill Clinto, vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial, además de haber recibido múltiples premios y reconocimiento académicos por su aportaciones a la ciencia económica.
Suelo defender que la economía es una ciencia y que por lo tanto tiene un vasto conjunto de conocimientos ampliamente compartido en el mudo académico, aunque también  comparto las limitaciones de las ciencias sociales frente a las experimentales por la imposibilidad de centrar los hechos analizados al no ser repetible, por la dificultad de evitar los perjuicios de los investigadores y
por los condicionantes subjetivos al formar estos  parte de la realidad analizada. No obstante, la economía tiene un amplio conjunto de conocimientos sobre los que existen evidencias robusta de causoidades que han sido demostradas y testada y se está enriqueciendo continuamente con aportaciones de decenas de miles de economistas que investigan, publican sus resultados, los discuten con la comunidad académica, lo matizan, y, en ocasiones, lo refutan.
Stiglitz es un brillante investigador económico que ha realizado aportaciones muy valiosas al análisis económico, como la seminal sobre la competencia imperfecta o la referidas a los mercados 
de información asimétrica y a otros fallos del mercado. Pero también está sometido a influencias que han podido llevarle a enfoques subjetivos o ideologizados condicionado por su experiencia vital.
Esto es lo que parece que debió sucederle cuando, como comenta en su libro el malestar de la globalización, "tras cuatro años en  Washington me había acostumbrado al extraño mundo de los burócratas y los políticos", y cuando viajó a Etiopia en 1997 se topó con la miseria de uno de los países mas pobre del mundo, que estaba sufriendo (ademas de sus problemas históricos) una política
dogmática del Fondo Monetario Internacional, contra la que escribio el citado libro en 2002 y que llevo a enfatizar "los efectos devastadores que la globalización  puede tener sobre los países mas pobres del planeta", lo que con contrasta  quince años despúes con los evidentes beneficio de la globalización para la inmensa mayoría de los países subdesarrollado.
Desde entonces comparte su vida profesional como profesor de la Universidad de Columbia, explicando los fundamentos del análisis económico, con su participación en los debates económicos contemporáneos, en los que gusta de explotar un enfoque algo provocador. A esta segúnda faceta corresponde su libro EL EURO: como la moneda común amenaza el futuro de Europa, en el que concentra en la creación del euro todos los males de Europa y aboga por abandonarlo para salvar el proyecto europeo si no se abordan las reformas que propone. Ademas, critica frontalmente la política de austeridad europea.
Muchos economistas comparten que la creación del euro fue una operación política voluntarista ya que sin política fiscal y financiera paralela la economía europea tendría riesgo de shocks asimétrico como así ocurrió cuando se estallo la burbuja financiera e inmobiliaria. Dado que es imposible volver atrás la historia, se puede compartir, se puede compartir la necesidad de avanzar en la integración de la política fiscal y la unión bancaria, pero parece suicida su propuesta de "divorcio amistoso" si no se aplican sus recomendaciones, algunas de las cuales tienen dificultades graves de implantación  al chocar contra los intereses de los países que deben aplicarlas (Alemania).
En términos semejante puede comentarse sus criticas a políticas popularmente tan antipática como la de austeridad. Stiglitz argumenta que Alemania y la Comisión Europea se las ha impuesto a Grecia, Portugal y España, mientras que los ciudadanos de estos países han votado en contra, lo que supone una violación a la democracia. Un razonamiento demagógico porque, por una parte, estos países han aceptado una reglas de funcionamiento supranacionales que deben de respetar y, en un segundo lugar, porque si autónomamente hubiesen  decidido mantener un elevado déficit no hubiesen
podido financiarlo en los mercados a tipo de interés sostenibles.
En conclusión hay que distinguir entre los postulados que constituye la base de la "ciencia económica" y las opiniones o recomendaciones de política económica que no contempla todos los factores (incluido los institucionales) y con consecuencias relevante. Evidentemente, diferenciar unos de otras no siempre es facil.


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