MIS DELITOS

En estos días, a punto y de cumplir los 65, en Sevilla y ya jubilado, voy a confesar, como Ussia, mis delitos. no pararé en los que comparto con el: amar a España, ser del Madrid - equipo franquista fue el Barca de Montal - preferir la monarquía a una república en España siempre roja, y sentir el torero
(de arte). Yo tengo mis propias faltas.
Quiero a Cádiz. No me gusta que se la recuerde Ruanda siendo como es una capital media española (INE), salvo en lo relativo al paro, problema de todo el sur. Menos lloros para mangar fondos públicos y más admitir los privados que crean riqueza, como esa clínica.

Me gusta, sin casticismos, la vituperada "triple C"; El Carnaval, me crié en La Plaza de los años 50; las Cofradías, porque no hay como la emoción de ver al Nazareno por el barrio; y el Cádiz al que sigo desde que mi abuelo montañés. Sindo me llevaba al Carranza. No seremos campeones pero ahí esta su afición, sus inovidables ascenso a Primeraa, y el gol mas votado, el de Mago al Rancing. También
me gusta el vino de Jerez. Delito.
Creo que EEUU ha salvado 4 veces a Occidente del totalitarismo. También Israel lo que hace cuando
lucha contra el terrorismo Islámico. Estoy agradecido a ambas naciones. Delito.
No tengo fe, pero considero moralmente superior moralmente superior a la civilización cristiana. Aprecio la inmensa labor intelectual, artística y humanitaria de la Iglesia bimilenaria, sobre todo en comparación a la religión laica y nihilista de la izquierdona de los últimos 200 años. Delito.
Creo que el fascismo y el comunismo igualmente totalitario aunque los últimos han asesinado mas. Soy liberal, partidario de un estado mínimo, pero no hasta el punto de no ser compresivo con los que no puede trabajar.
Cuando la mayoría callaba, milité en el PC clandestino que defendió la reconciliación. No me considero un valiente por ello porque pasé miedo. Creo que la Transición es la gran obra política del siglo XX. Delito.
Respecto los derechos de los gays, pero soy heterosexual. No soy machista pero rechazo una ideología de genero que ha impuesto la sospecha jurídica sobre el hombre. Soy blanco y europeo.
Ante tamaños delitos, por fin confesados, no sé lo que me espera si gobiernan los morados, por cierto,
muchos de ellos hijos, nietos de prebostes franquistas.