lunes, 3 de octubre de 2016

                                                              EL DELFÍN DE LA GUERRA

Resto de un esqueleto humano han sido descubierto cerca de la isla griega de Aticitera. Ya tiene años la cosa pues al naufragio  al que pertenecían dichos restos fue hallado en 1900 desde entonces muchos exploradores y aventureros han ido esquilmando las arenas. Ahora se plantean si el hierro adherido a los huesos era de cadenas,también se podrán datar la antigúedad  por el análisis del ADN y hasta los muchos avances que nos traerá proveniente de la reconstrucción  de la época de los viajes marítimos  por el Mediterráneo. 
Parece que los que iban a bordo, eran acaudalados comerciantes que tuvieron la desgracia de chocar contra los acantilados de las costas aledaña, salvándose unos quinces que estarían en la cubierta superior, ahogándose en cambio los esclavos de la cubierta inferi, cargando siempre los más desventuradoor, atados a sus cadenas como Ben Hur.
Si se dan  cuenta la humanidad no ha cambiado mucho, cargando siempre los más desventurados con lastres que los arrastra hasta la desesperación y la muerte.
Un delfín de guerra ha sido encontrado cerca de un gran ancla en el mismo naufragio . Aquel era un peso de plomo en forma de lagrima que lograba penetrar en el casco de naves hostiles partiéndole la quijada.
Es un nombre oscuro que nos asimila al tiempo en que los delfines amaestrado portaban bombas, tan
silenciosa y mortíferas como su homónimo griego.
Los científicos persisten embutidos en neopreno para investigar como era el individuo, de donde procedía o hasta qué le llevo a ahogarse en ese pecio comercial, cuando ante nuestros ojos se ahogan  cada día humanos con ADN intacto sin grandes tesoros en sus pateras más que hijos, humanos o esperanza.
Son gentes desconocidas que cruzan fronteras amarrados a una cadena invisible e insana que es la necesidad, la economía con mayúscula y los discursos rimbombantes.
Que le importa el delfín de guerra a un mileurista que acaba de recibir el despido. que a un pensionista al que le han diagnosticado un cáncer, que a una madre de familia que no consigue llegar a final de mes por más vuelta que da la ruleta.
Y aún así son noticias esquilmada,que dan vueltas sin parar porque lo único importante es saber de dónde venimos y no adónde llegamos con nuestras idioteces.
Esperemos que dentro de dos mil años, nuestros venideros no rebusquen de nuevo el Mediterráneo 
porque va a estar sembrado de huesos, cartílagos fosilizados y dientes de infantes ahogados. No todo
retorna a puerto seguro, no todo llega a puertas abiertas, ni hay caldo de pollo pata tantas gargantas
sedientas.
Los más como el esclavos generador de ADN estudiado, rezuman sal y actitud, desesperanza  y hastío de esta tierra, tan ingrata. Los más se perderán  en el olvido, no retornaran , ni prosperarán, sino que la arena del fondo cubrirá sus cadáveres, aviadero de peces y refrescadores de algas. Con 
corrientes marinas apalabradas por la necedad de muchos que gustan de mirar para otra parte cuando tienes el alma encadenada.

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