viernes, 7 de octubre de 2016

                                                                             BIENAL

Nuestro arte más universal, el más conocido, muestra durante estos días en Sevilla una amplia oferta de espectáculos dirigido a públicos entendidos y a los que no son tantos.
El flamenco con la Bienal se ha echo popular. Aún más. Llegando incluso a un sector joven que hasta ahora se mostraba reacio a este bien inmaterial  Patrimonio de la Humanidad.
Difinitivamente la Bienal ya es una cita obligada y firmemente consolidadas. El camino seguido hasta llegar a esta XIX edición ha sido tortuoso y no falto de complicaciones. A veces, incluso se llego a pensar en su desaparición. Se han programado ediciones con presupuesto cero.
"El flamenco está en cualquier parte", reza la campaña publicitaria lanzada para estimular a los amantes y a los que no lo son tanto. También esta acción es la perfecta definición de cómo se vive en la ciudad y en Andalucía.
Pieza publicitaria como la "rayuela" pintada en las aceras de nuestras calles y otras que, finalmente, no han salido muestran cómo puede ayudar y empujar flamenco a llegar a todos. Al fin y al cabo, incluso los menos flamencologos, lo llevamos en la sangre.
Cuando esta edición de la Bienal cierre sus puertas, los números serán espectaculares. Más publico,
más recaudación, más cobertura internacional por parte de los medios, más presupuesto.
La Bienal, por otro lado, ha abierto varias puertas para seguir creciendo y mostrar caminos que, andando en el tiempo nos llevarán a crear una patente cita culturar referente al mundo.
La creación de la marca "Bienal" y la utilización de espacio como la iglesia de San Luis de los Franceses permiten pensar en el flamenco como un arte multidisciplinar que apenas se ha echado a rodar.
Los diferentes gestores que ha tenido la Bienal han puesto su granito de arena en las sucesivas ediciones celebradas, pero el impulso necesario que ha tomado  la cita se lo debemos a Cristobal Ortega y a su equipo. Ortega es un excelente profesional que viene de la gestión privada cultural. El ha comprendido que proyecto de esta dimensión  solo puede salir adelante con la colaboración de las intituciones publicas y las empresas privadas. Ambas se necesitan y cuando se produce esa unión se gestan "productos" de calidad y eficacia. Estoy seguro de que en futuras ediciones nuevas empresas
se sumarán a la Bienal. Con más recursos se podrán asumir nuevos  retos y objetivos  más ambiciosos. Para ello se utilizará más creatividad, mas arte. La Bienal dará más oportunidad no solo al flamenco, si no a todos nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario