domingo, 30 de octubre de 2016

UN PSOE DEJA GOBERNAR A RAJOY
























                                        
         INVESTIDURA DE MARIANO RAJOY





Un PSOE abierto en canal deja gobernar a Rajoy

La investidura del candidato del PP sale adelante con 170 síes, 111 noes y 68 abstenciones. Quince diputados socialistas rompen la disciplina de voto, después de que el propio Pedro Sánchez entregase su acta. Tras 315 días de demora, el presidente se toma su tiempo para elegir a su Gobierno: lo nombrará el jueves.
JUAN MANUEL MARQUÉS PERALES | ACTUALIZADO 30.10.2016 - 00:13
170 síes, 111 noes y 68 abstenciones. Y 15 diputados socialistas, casi los previstos, que rompen la disciplina del grupo. Mariano Rajoy ya es presidente del Gobierno, después de 315 días de un Ejecutivo en funciones y de dos elecciones generales, el candidato del PP pudo ser investido ayer con los votos afirmativos de los populares, de Ciudadanos, el de Coalición Canaria y la abstención del PSOE. Sin embargo, la investidura deja demasiadas incertidumbres, Rajoy no cuenta con una alianza estable y suficiente para sacar adelante sus políticas; el PSOE visualizó su ruptura, no le garantiza nada más, y Ciudadanos lo apoyó sin entusiasmo. A estas alturas es imposible saber si España contará con unos nuevos Presupuestos para 2017; a Rajoy le harían falta los votos de Ciudadanos y la abstención socialista o el apoyo del PNV. La repetición de las elecciones después de mayo no es una hipótesis carente de posibilidad si hay que prorrogar el actual presupuesto.
El PSOE se ha abierto en canal. Siete diputados del PSC y ocho del PSOE rompieron la disciplina de voto y se manifestaron en contra de Mariano Rajoy. A ello hay que añadir algunos que se abstuvieron “por imperativo” de partido y la renuncia de Pedro Sánchez, el ex secretario general, a su acta de diputado horas antes de comenzar la sesión. En una rueda de prensa en la que lloró en varias ocasiones, Sánchez anunció que plantará cara a la gestora y le exigió que convocase el congreso federal el próximo lunes. El anterior líder del partido competirá, de nuevo, por la Secretaría General. Los ochos diputados socialistas que votaron en contra son las independientes Margarita Robles y Zaida Cantero, y Odón Elorza, Susana Sumelzo, Rocío de Frutos, Sofía Hernanz, Mariluz Seijo y Pere Joan Pons. Estos siete últimos se exponen a que ahora se les abra un expediente disciplinario al haber incumplido un mandato expreso del comité federal. La falta podría ser considerada muy grave, aunque será el instructor quien decida el castigo. Además, el grupo parlamentario también adoptará medidas disciplinarias, aunque se descarta, al menos ahora, la expulsión al grupo mixto.

También queda tocada la relación entre el PSOE y el PSC, el partido hermano en Cataluña al que está vinculado por un protocolo firmado en 1978. El PSC está representado en los órganos de dirección del PSOE, como la Ejecutiva y el comité federal y es, precisamente, esto lo que ahora está en riesgo.
A pesar de la demora de 10 meses, Mariano Rajoy parece no tener prisa para formar Gobierno. En los pasillos del Congreso explicó que su gabinete estará nombrado el próximo jueves y tomará posesión el viernes. Se había especulado con que Rajoy pudiera contar con un nuevo Ejecutivo el próximo lunes, no será así. 



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La segunda sesión del debate de investidura fue agria, no tuvo nada que ver con la del miércoles y jueves, Rajoy y Rivera parecen no entenderse y la izquierda a la izquierda del PSOE se ha lanzado con toda la artillería dialéctica contra el que aún es partido mayoritario de la izquierda. El momento más tenso de la jornada se produjo a raíz de la intervención del portavoz de ERC,Gabriel Rufián, que dedicó duros apelativos al PSOE y, en especial, a Felipe González y a Susana Díaz, a la que calificó de cacique. Después de citar la "cal viva" de los GAL, con la que fueron cubiertos los cadáveres de Lasa y Zabala, el socialista Eduardo Madina quiso interrumpir su intervención. Al final, el portavoz socialista, Antonio Hernando, pidió la palabra por alusiones, al entender que el diputado republicano había faltado el respeto a los socialistas. Esto motivó el aplauso de su bancada, de la del PP y de la de Ciudadanos.



El Rajoy de ayer fue mucho más duro que el de la primera sesión. No fue el candidato dialogante, humilde y comprensivo de días anteriores. A su juicio, no se trata de acabar con el bloqueo institucional, sino de elegir a un Gobierno con "un proyecto". No se trata de dejar pasar, a "un Gobierno en abstracto", sino de un Ejecutivo "con un proyecto". Lo que el ya presidente del Gobierno solicitó de la Cámara, y la Cámara se lo concedió, fue el apoyo a un Ejecutivo que deberá negociar día a día, pero que no hará concesiones que supongan un paso atrás en sus políticas."No estoy dispuesto a derribar lo construido. Que nadie espere que yo contribuya a lesionar la recuperación económica ni la creación de empleo", indicó Mariano Rajoy. Y siguió: "No se sostiene dar paso a la investidura y desamparar al Gobierno que resulte de ella". Y más: "No pido un cheque en blanco, sino madurez y que cuando se dé un paso, se acepten sus consecuencias". En definitiva: "No pido la luna, pido un Gobierno previsible". Lo que Mariano Rajoy ha dado a entender de un modo muy claro es que si no hay apoyo para sostener las políticas de su Ejecutivo, el país podría caer en unas nuevas elecciones. A partir del mes de mayo, Rajoy puede convocar comicios, la crisis institucional no ha quedado conjurada del todo.
El portavoz socialista, Antonio Hernando, le contestó como si no hubiera escuchado el discurso de Rajoy. El PSOE le explicó que la abstención de su grupo sólo rompe el bloqueo, pero no supone el apoyo a su proyecto. "Le vigilaremos día a día", dijo. La investidura del candidato del PP no adelanta ningún proyecto viable. Sobre el papel, el PP cuenta con un acuerdo con Ciudadanos que le garantiza un apoyo de 170 escaños, pero el discurso del líder naranja, Albert Rivera, fue en exceso frío. Ante los miedos de Rajoy a que ahora cuente con un Ejecutivo sin cobertura parlamentaria, Albert Rivera le insistió en que el responsable de que en el futuro vuelva a bloquearse la situación será suya. La última sesión de investidura no anticipa ningún entendimiento entre el Gobierno del PP y el resto de la Cámar

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