viernes, 28 de octubre de 2016

                                                                    SAL INCOLORA

Bajo el lema Sal de tu tierra la iglesia católica celebra  en España el día Domund. La jornada persigue ahondar en nuestro compromiso con los misioneros, recaudar fondos para el sostenimiento de su obra y reconocer la labor de miles de compatriotas -en la actualidad, alrededor de 13.000- que
entregan abnegadamente su vida a la causa de los más desfavorecidos.
Fines todos loables que, sin embargo no son los que, en el presente año, lo han convertido en noticias. Paradójicamente, por encima del sacrificio de tantos, el Domund 2016 esta siendo el de la polvareda levantada por la identidad de sus pregoneras. Les cuento: siguiendo un uso reciente y para anunciar el significado de la fecha, Obras Misionales Pontificias (OMP) tuvo a bien designar en esta ocasión a la periodista y ex diputada de ERC Pilar Rahola. De inmediato se multiplicaron las
reacciones indignadas, tanto por el perfil político de Rahola, como por su condición de atea confesa.
Tal fue el ruido que la propia OMP se vio obligada a resaltar que se trataba de un nombramiento
"pensado y consensuado", coherente además con la localización  de los actos previstos (Barcelona y Tarragona).
Al fin, el pasado sábado 15 en la basílica de la Sagrada Familia y ante el arzobispo de Barcelona, Rahola pronuncio su pregón. De el entresaco argumentos que a mi me parece especialmente acertados: así, señala que su dificultad para entender la divinidad no le ha impedido nunca "ver a Dios en cada acto solidario", igualmente subraya que "el comportamiento de estos creyentes es un foco de luz en la tiniebla", a continuación  explica el doble trabajo que llevan a cabo los misioneros (la evangelización y la caridad cristiana), denunciando la estúpida cerrazón de los que rechazan la solidaridad cuando se produce en nombre de Cristo y reivindicando, al tiempo, la evangelización como revolucionaria fuente de civilización ; al cabo, lúcidamente concluye: "¡Quienes somos nosotros, gentes acomodada en nuestra feliz ética laica, para poner en cuestión la moral religiosa, que tanto bien ha hecho a la humanidad!".
Me separan varios universos del pensamiento político de Rahola. Pero a la vista- léanlas- de sus palabras, de su sincera y rara equidad, no puedo sino elogiar la decisión de la OMP. En una iglesias
abierta, todos deben de tener voz. Y nos sorprendería comprobar cuánto pueden enseñar 

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