lunes, 7 de marzo de 2016

                                                   2020 TAN CERCA Y TAN LEJOS

Hace ahora seis años en marzo de 2010 , el aún presidente de la Comisión Europea Jose Manuel Durao Barroso desgranaba en Bruselas el ambicioso proyecto con el que la Europa de por los entonces 27 (luego se sumaria Croacia) pretendía reactivar su ya maltrecha economía  y rediseñar su tejido productivo y social. quedaba todavía por atravesar el tramo más oscuro de la crisis , pero la Agenda 2020 marcaba la senda para que los estados miembros y en el caso de España también la comunidades autónomas, hicieran sus particulares deberes con la vista puesta en el final de esta década. Según el vaticinio del portugués, la recompensa si se aplicaban esas recetas seria "crear mas empleo y lograr una vida mejor".
Atravesado el ecuador del plazo que UE se otorgó a si misma y con el horizonte de 2020 a menos ya del cuatriepio, a Andalucía le están atragantando esas metas. Cierto que la Junta ha impulsado en los últimos años decenas de planes, que la recesión ha golpeado a la región como el resto del país y que como furgón  de cola europeo le cuesta seguir el ritmo, pero a día de hoy es casi una utopía  que cierre la década como alumno aventajado de los 28.
De los cinco grandes objetivos de la agenda 2020, el primero es casi una pesadilla por estas tierras. El documento marca como prioridad que el 75% de la población de entre 20 y 64 años tenga un empleo estable. La propia presidenta de la Junta asumió el pasado jueves en el debate sobre la política general  que el indice de paro de la comunidad es "insoportable". La EPA del tercer trimestre de 2015, la ultima disponible, sitúa la tasa de empleo en Andalucía bordando el 59%, casi 16 puntos por detrás de lo que recomienda Bruselas bajo el listón aún del 62% de 2007, cuando la crisis no había asomado aún sus tentáculos.
El segundo indicador fijado como objetivo tampoco es alentador. En su afán  por responder a los nuevos retos de la globalización, la  EU estimó como imprescindible que en 2020 cada territorio destinase a Investigación y Desarrollo al menos el 3% de su PIB. La comunidad vuelve a estar a años luz de ese reto. Según la propia estadística oficial de la Junta, al cierre de 2014 (el ultimo dato que ofrece) Andalucía solo invertía en I+D un 1,02%  de sus recursos, apenas un tercio de lo ahora exigible. El dato ha ido, ademas, decreciendo desde 2009, cuando llego a tocar techo con un 1,15%.
Como consuelo, la media nacional no es que sea mucho más alta (1,20 %) y la europea tampoco alcanza el promedio estimado (2,03%). Segundo suspenso andaluz.
El tercer gran pilar de la Agenda 2020 intenta combatir el fracaso escolar asumiendo formación es pieza esencial en la pretendida transformación  social y económica. El abandono escolar temprano, advertia ya en 2010 la UE, no debería superar por ello el 10%. En Andalucía, también al cierre de 2014, era de un gigantesco 27,7%, por encima de la media nacional (21,9%) y casi el triple del promedio europeo (11%). En la Republica Checa o en Polonia no llega ni al 6%. Vuelve a quedar camino que recorrer también en la otra recomendación: que al menos el 40% de la población de
30, 34 años cuente con estudios superiores algo en Andalucía solo cumple el 32%.
La crisis ha zarandeado con virulencia el cuarto gran objetivo, el de reducir en un 25% el numero de hogares y ciudadanos obligados a vivir por debajo de los umbrales de la pobreza. El indicador de la región no solo  ha menguado sino que se ha disparado 10 puntos en una década, hasta cerrar 2014 en el 33,7% en linea con la media nacional. La recuperación económica parece invertir la tendencia
aunque con lentitud.
El único aprobado para Andalucía llega en el consumo energético. El recurso a las fuentes renovables (cerca del 20% del total) mejora incluso la media de los 28 (17%).

No hay comentarios:

Publicar un comentario