Los estrategas del PSOE (A) eligieron, alegan que de forma casual, la misma fecha en que se había convocado el pleno en el Congreso sobre la investidura de Pedro Sánchez para celebrar en el Parlamento andaluz el pleno sobre el estado de la comunidad, que de esta forma quedaba eclipsado al estar toda la tensión puesta en lo que sucedía en Madrid. Pero si buscaban un segundo plano o, por el contrario, que reluciera la estabilidad política en Andalucía frente a las dificultades para formar gobierno en España, no tuvieron en cuenta dos factores que contribuyeron a arruinar el mensaje triunfalista de Susana Díaz. En la víspera se conocieron los datos del proyecto europeo Urban Audit, según el cual seis de los municipios más pobre y/o con más pero de España son andaluces, al igual que diez de los quinces barrios con menos renta. Y el mismo día en que la presidenta subia a la tribuna de oradores se divulgo la estadística del paro de febrero, que refleja que tenemos 16.265 parados más en nuestra comunidad, la cual vuelve a la senda del millón de parados (984.439). Ante esa cruda realidad, de poco servia que Susana díaz insistiera en que nuestra economía crece a mayor ritmo que la nacional y ese crecimiento, sin traducción en el empleo, se debe a la estabilidad política alcanzada. Una estabilidad que también fue cuestionada por uno de sus artífices, el portador de Ciudadanos, el cual mostró su descontento por los incumplimientos del Gobierno andaluz y amenazo con retirarles su apoyo para los próximos Presupuestos. Las aguas se agitan en el oasis andaluz que ha pintado Susana Díaz.
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