EL "NUEVO" DEFENSOR
                                                                    DEL PUEBLO

Andalucía tiene desde el pasado jueves un "nuevo" Defensor del Pueblo. No es que Jesus Maeztu tenga sustituto o los partidos preparen su relevo porque esté en cuestión su tarea.
Todo lo contrario. Casi 3 años después de tomar posición en junio de 2013, entrego al Presidente del Parlamento andaluz el Informe 2015 de la oficina que dirige con un zurriagazo contundente en los hocicos de las administraciones publicas. Entre los mensajes que debería ruborizar a la Junta, el Estado y los ayuntamientos, fue especialmente lacerante su arenga a la ciudadanía para que no asuma como normal el retroceso que la crisis ha provocado en derechos básico del Estado del Bienestar. "Los andaluces no pueden aceptar que ahora haya sueldos de 500 euros cuando antes se discutían salarios de 1.000, o que no tengan los mínimos vitales de luz y agua", denunció
Maeztu siempre se alió  con los hechos antes que con las palabras. Lo demostró en los deprimidos barrios del Cerro del Moro de Cádiz y del Poligono Sur de Sevilla. Al iniciar su nueva responsabilidad, anuncio -en un difícil equilibrio- que intentaría ser "critico" y "leal" con las administraciones. "Hay que ser sensible a las demandas de los ciudadanos, pero también consciente de las limitaciones de los recursos públicos" dijo el Defensor marcando claramente distancia con el mensaje más reivindicativo de su antecesor José Chamizo. Hastiado de escuchar que la crisis es historia cuando en 2015 recogió casi 29.000 quejas de andaluces por mermar en sus derechos más básicos, Maeztu demostró en Acento Andaluz de Ondaluz TV Andalucía su cambio de discurso
"Tenemos que ser beligerantes, adoptar una posición de resistencia". Así las cosas, el Defensor prioriza  en adelante las criticas de los ciudadanos. Lo primero que ha reclamado urgentemente que los poderes publicos garantize el agua y la luz a los 250.000 andaluces que no pueden pagarla regularmente.
Lo malo es que la reclamación del Defensor coincide con la enésima amenaza con el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, de nuevos recortes a las comunidades que irían en detrimento de la educación, la sanidad y los asuntos sociales "un mensaje con trampa", según Maeztu quien alerta
de que los presupuestos para estos servicios es "insuficiente". Así que al nuevo mensaje de Maeztu no le espera precisamente un camino expedito de curvas