GOLPISMO EN EN NUEVO PSOE

Pocos días antes de que PSOE, Podemos y Ciudadanos hagan un penúltimo intento para evitar la repetición  de las elecciones, un grupo de notables socialistas, encabezado por ZP, Pepiño Blanco, Perez Rubalcaba, Medina y Bono, siguen empeñado en quitar de enmedio a  Pedro Sánchez para poner en su lugar a Susana Díaz que, por supuesto, esta encantada de conocerse y que instrumentalicen. Ellos que pusieron al PSOE caminito de la irrelevancia, Se presentan ahora como sus salvadores y están dispuesto a todo por desbancar a Pedro Sánchez.
Zapatero y Bono ya compartieron mesa y mantel con Pablo Iglesias e Iñigo Errejón en una primera intentona por debilitar a Pedro Sánchez. Como la comilona despedía un tufillo golpista que echaba para atrás (Escudier escribió entonces un articulo excelente), recogieron velas con explicaciones vagas y algún derrote. Desde entonces, esta tropa ha estado,  de una forma u otra detrás de las continuas tentativas golpistas que se han sucedido en el PSOE. La ultima en el Comité Federal de enero. Ahora tres intensos días de Susana Díaz en Madrid de cenas y almuerzos  prometiendo que esta vez va en serio, la estrategia, por lo visto, pasa por torpedear cualquier opción  de investidura que venga de Pedro Sánchez, e intentar que loa lideresa andaluza sea ya loa candidata en los comicios del 26 de junio. Eso, al menos, dicen que ha anunciado ella a los postres, entre canijos, tesoros y mi alma de distintas provincias.
Pero vete tú saber si estamos frente a un nuevo embuste o ante otro quiero pero no puedo. Por si acaso, Juan Cornejo ya ha fijado el 23 de abril como la fecha limite para negociar. ¡Olé, ole y olé.
Mientras el Gobierno andaluz, acuartelado en San Telmo y poniendo velas a la Virgen del Rocio como parte de un plan estratégico para reducir el paro. Y el PSOE - A -, Sin Comité Director desde hace un año. En fin,  este es el modelo de partido, el de la mesa camilla de toda la vida de dios, el de las gestoras y los congresos a la búlgara, que patrocinan  estos artistas del alambre que han convertido a Susana Díaz en toda una mujer de Estado para sacarle partido. Un PSOE en el que los
200.000 militantes no tienen ni voz ni voto y solo son unos pegacarteles. Para mandar ya están ellos,
que saben manejar incluso en los oscuros baretos de las gasolineras.
En fin, un PSOE donde la deslealtad está institucionalizada, y el golpismo formará parte de su nuevo ideario.