jueves, 21 de abril de 2016

                                                          EL ADIÓS DE TORRE HURTADO

Nadie ha planteado qué ocurriría  si el ya exalcalde de Granada, Tores Hurtado, y su edil de Urbanismo, Isabel Nieto, no fueron procesados  o fueran declarados inocentes de los casos que se le imputan. Nadie parece recordar el precedente del socialista Demetrio Madrid, primer presidente de Castilla y León, forzado a dimitir tras una campaña de acoso del PP de Aznar tras ser encausado por un problema en una empresa familiar, caso en el que quedo absuelto. Su absolución  no le servio, obviamente, de nadaluego. Como en política parece que todo vale, da igual no respetar -aunque se proclame públicamente- el principio de presunción  de inocencia para cobrarse así la cabeza del rival presuponiendo siempre su culpabilidad, llámese Torre Hurtado en Granada o Demetrio Madrid en Valladolid. Dicho esto y sumiéndonos ya en el fango de la política, Si el PP tenia que sacrificar a Torres Hurtado e Isabel Nieto para tratar de salvar la Alcaldía de Granada, lo ha hecho demasiado tarde, solo después de que Ciudadanos, del que dependía para mantener su Gobierno en minoría, le retirara su apoyo y anunciara la presentación conjunta con el PSOE de una moción  de censura, en un movimiento aparentemente irreversible y que podría desembocar en un nuevo alcalde, socialista,
para la ciudad de la Alhambra. Torres Hurtado ha muerto políticamente pero matando, al exigir junto a su dimisión  y la de Nieto la de su téorico número dos y hombre fuerte de su partido, al que estaba enfrentado. Tres dimisiones por el precio de una y que pueden costarle al PP la Alcaldia y una guerra interna en Granada.

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