jueves, 28 de abril de 2016

                                                          EL MITO DE LA GOMINA

Una no quiere hacer leña del árbol caído pero era absolutamente imposible que no pillaran a Mario Conde tarde o temprano. De aquella época de su ascenso y su caída, se escribieron muchas lineas en los periódicos y más de un libro explicaron con pelos y señales cada uno de los pasos que había dado Conde para llegar donde llegó, que no es otro sitio que la cárcel. El mito de la gomina había caído y una generación de "empresarios" vio frustrado el ejemplo de cómo hacer (mal, a mi entender) las cosas. Pero algo quedó en el sustrato social de esta España egoísta y pendenciera que se mantuvo: el de Banesto pasó sus diez años y algo en la cárcel pero nunca pagó lo que tenia que pagar. El exconvicto de la gomina seguía teniendo sus fincas, salia a recibir a los jornaleros del SAT 
(SOC entonces) cuando protestaban ante sus tierras, escribir libros e iba de un sitio a otro quedándose en sus propiedades. Todo el mundo lo sabía y, tarde o temprano cometería el fallo que mucho estaban deseando que cometiera, el necesario no para meterlo en prisión, sino para que soltara la pasta que todavía no ha pagado.
Pero decía que algo quedó en el sustrato de esta España nuestra. los lístillos aprendieron con la década de prisión de Mario Conde que había que ser previsor, que todo el mundo tenia que tener un ingeniero financiero cerca que le orientaba sobre cómo crear una sociedad pantalla, cómo mover sus capitales a través de empresas superpuestas, como ocultar propiedades con testaferros, cómo utilizar
los vacíos legales legales simple y llanamente para quedarse con todo lo que pudieran. Aunque los pillaras.
Lo estamos viendo con todas las filtraciones bancarias que se están produciendo, desde wikileaks y a
los papeles de Panamá. Ya no sorprende que cualquiera tenga una sociedad en un paraíso fiscal y hasta pasa desapercibido que un expresidente del Gobierno tenga que ser multado por Hacinda. 
El modelo de Mario Conde ha cundido en la sociedad y, a pesar de todo, más de uno querría ser como el.

No hay comentarios:

Publicar un comentario