LA NATIVIDAD DEL SEÑOR...MARIANO

Después de que Pedro Sánchez se negaba a ponérsele al telefono para acordar por lo menos fecha de su debate de investidura, Mariano Rajoy le fijo por su cuenta y dio ordenes a su subordinada, Ana Pastor de convocara  el pleno del Congreso a tal efecto A Pastor que es la tercera autoridad del Estado democrático no le importo arrastrar su papel institucional y su propia dignidad para cumplir el mandato de su jefe de filas.

La fecha de la investidura ha sido cuidadosamente elegida por Rajoy para darle una nueva vuelta de tuerca al cuello de Pedro Sánchez. Si la primera votación  al candidato del PP se salda con la esperada derrota -no tiene ni tendrá mayoría absoluta- , el tiempo constitucional empezará a correr y las terceras elecciones generales serian el 25 de diciembre, domingo, día de la navidad cristiana, el mas disparatado de los posibles días para votar (en dura competencia con el domingo siguiente, 1 de enero de 2017). Puesto que solo la abstención del PSOE haría que Rajoy fuera presidente y evitaría  la dramática bufonada de las terceras elecciones en un año, el mensaje ya está enviado: Pedro Sánchez es el único culpable.
Rajoy ha hecho trampas, una vez mas. El pacto con Ciudadanos lo podía y debía ,haber impulsado al día siguiente del 26J (es más lo podía y lo debía haber impulsado al día siguiente del 20-D ), Esperó un mes, relentizó absurdamente su respuesta a las condiciones impuesta por Albert Rivera y mareó a las gentes en el sentido final de la misma. Todo para situar a Sánchez en punto álgido del ridículo. 
A la temperatura ideal para su descalificación  como líder nacional solo una persona ha trabajado más que Rajoy para humillar a Sanchez, y se llama Pedro Sánchez.
Porque, a ver, ¿qué puedes hacer cuando has perdido dos elecciones en siete meses -las segundas por mas diferencia que las primeras-, tu adversario ha avanzado en lugar de retroceder, va a juntar 170 escaño a su favor frente a tus 85 tu propia candidatura ya fracaso  y no tienes alternativa viable? O dimitir como secretario general del PSOE, como hicierón Almudia y Rubalcaba con resultados muchos mejores o pasar a la oposición para lo cual es requisito imprescindible permitir que haya un Gobierno al que oponerse.
Lo que le conviene a España y al mismo PSOE no es, sin embargo, lo que conviene personalmente a Sánchez. La razón es sencilla: en cuanto haya Gobierno, si lo hay, se convocará un congreso del PSOE , al que Pedro se presentara con las manos vacías. Caerá sin remedio. Su unica posibilidad de supervivencia -mas bien, aplazamiento del final de su época- seria provocar las terceras elecciones, con él candidato. ¡Lo mismo se ha creído que al fin las va a ganar!.