sábado, 19 de noviembre de 2016

                                                                     DELGADA LÍNEA NEGRA

El mundo se derrumba (o se estremece) y nosotros nos preocupamos del pisito de Espinar. En realidad, me desazona más las elecciones norteamericana, claro , se trata también  de tener algo que decirles que no digan otros y, hoy por hoy, España esta medio vacía, porque todos los corresponsales, experto, politólogos  y analistas anda por los Estados Unidos en busca de la noticia fresca. En cambio, hay una defensa de Ramón Espinar que me parece espinosa  y que, aprovechando
el jaleo norteamericano, se nos puede colar por toda la escuadra.
Se trata de quienes defiende a Espinar con un argumento del tipo de que 30.000 no son nada comparado con lo que se robo en este país o que, a pesar de tanta corrupción , nos fijamos en ese leve desliz ni ilegal del joven. Parece un argumento magnánimo y no lo es. En parte , porque 30.000 euros no es moco de pavo, que quien lo pillara, y mas si se gana en unos meses de nada y sin doblarla a costa de la vivienda de protección oficial y del salario del pagano que lo compro por encima de lo que costaba originalmente. Encima habría que enterarse de dónde le vino la potra a Espinar de que le tocase esa vivienda en una localidad que no era ni la suya.
A todo esto, hay que sumar que en Podemos han ido de impolutos. De manera que la menor mancha
se les nota mucho mas y canta más. El inquisidor, para decirlo con una metáfora del gusto de la leyenda negra, no puede permitirse el lujo de abrigar dudas de fe. Algo parecido le ocurre a los muchachos de Podemos, que han fustigado a la casta y han puesto san sambenitos a los partidos de siempre y han llevado a la hoguera (mediática) a los presuntos de los partidos rivales.
Sin embargo, nada de esto me trae aquí a escribir estas lineas, sino la jugada de escudar a Espinar en el hecho de que los demás partidos tienen caso de corrupción muchos mas ilegales y mucho más abultados que la reventa de una VPO, operación que tiene sus zonas de penumbra, pero no de oscuridad total. Y es cierto. Pero esconderse tras la corrupción ajena o deja de ser una forma indirecta de aprovecharse de ella, de dejar de denunciarla con rectitud de intención, de utilizarla, en suma. Hay una linea sutil entre denunciar, con más o meno intolerancia y acritud, la deshonestidad del contrario t aprovecharla para disculpar la propia, porque es mas pequeñita y discutible. Quien cruza esa linea se ha puesto al otro lado.

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