martes, 1 de noviembre de 2016

                                                            EL MERCADILLO DE LOS DOMINGOS

Si es usted creativo y le da un domingo por desayunar en el centro encontraras abierta solo una cafetería. Pues bien de las dos personas  que verá , el que no va vestido de camarero, ese soy yo.
Muchos habrán estudiado las famosas pirámides de  Maslow, sipcólogo humanista que pensaba qué la primera condición  para la felicidad humana -¡tu veras!- es disponer de comida y agua. Los depositos municipales de agua y el mercado de abasto están para eso. En urbanismo a estas dotaciones se le llama sistema generales. La segunda necesidad indespensable para la felicidad es la salud y para eso están los ambulatorios, que también son sistemas generales. Por ultimo el tercer elemento para cubrir las necesidades biologicas no se  mienta que puede haber niños. Para este menester no existen dotaciones...Aunque bien mirado, cualquier sitio es bueno.
Al caso. Tras esas necesidades biológicas, para el prestigioso Maslow la cuarta condición  para la felicidad humana es el contacto social y ahí entra la dotación del zoco, del foro o del centro, o como quieras llamársele, eso va en gusto. El centro es también un sistema general. ¿Se imagina a una cofradia pidiendo permiso a los residentes de una calle para procesionar? Es el centro por difinición  el salón de la ciudad.
Al parecer existe una asociación de vecinos del centro, lo que en si mismo es un oximoron. Cuanto se ha escrito es para felicitar al Ayuntamiento por la iniciativa de traer el mercadillo de los Domingos al centro. Allí suelen concurrir gente humilde: sus dueños, quienes al alba  ya están bregando para resolver sus problemas (el problema de los residentes se arregla con "Climalit") y quienes prestan el servicio de usar y llenar de vida el centro. Pocas cosas hay mas tristes que una calle vacía. ¡Que felices los usuarios de la residencia de anciano paseando a esas horas! Viene a colación agradecer a Nicolás, el de los frutos secos, el servicio que presta al atraer chiquillos  no pocas horas al centro. Sus muchas horas de trabajo día tras día deberián ser objeto de reconocimiento público.
Cualquiera que no lo piense  en profundidad estima como buena idea echar nieve en el centro. Al día siguiente el periodico dice que ha sido un éxito de crítica y publico llenar dos horas el centro y se quedan tan ancho mirando al tendido.
Si la responsabilidad de la soledad del centro cayese del lado de los empresarios, que nadie espere que jamas otro de ellos hagan mayor esfuerzo que el promotor del Mercado de Santa Ana semanas atrás ha conseguido llenar las calles cuatro días. Pero no nos engañemos dos horas de nieve o cuatro días puntuales no van a llenar las calles. Piénsese cómo el turismo en Chiclana es estacional y en invierno no hay un alma.
Bhutan ha conseguido de la ONU que declare en contrapunto al PIB el FBI: La Felicidad Interior Bruta.
Que nadie se engañe, ningún Ayuntamiento, del signo que sea, tiene margen de maniobra para cambiar súbitamente la economía  con dos largas cambiadas. Sin embargo este Ayuntamiento, como el feliz reino de Bhutan, si tiene la vocación de congregarnos, tal es el ejemplo de las mañanas de los domingo y brindemos así mayor felicidad. Vuelvo a dar las gracias y estoy seguro de que muchos me secundarán, a la decisión del Ayuntamiento de traer, no dos ingenuas horas, sino cada domingo personas para relacionarse en el centro. Hay seres queridos a los que por carencia de la dotación del centro solo se ven en los velatorios. Aprovecho para proponer que se arrime "los martes" a este sitio.
No es cuestión de intendencia sino para conseguir, con alturas de miras, un bien  superior: hacer mas felices a los ciudadanos. Por la misma, a mayor abundamiento, seria muy bueno hacer lo propio con los mercadillos de abalorios de los veranos: ¡vendrían hasta los veraneantes!.
La constitución americana y la Pepa recogen el derecho a la felicidad. A la nuestra, como el valor en la mili, se le supone. Buen camino para ella el mercadillo de los domingos.

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