lunes, 7 de noviembre de 2016

                                                                               ARAMBURU

La Guerra Civil siempre es mucho mas rentable que las víctimas de ETA para atacar a loa derecha.

Es como si formara parte del Diario de Sesiones. Horas después de que concluyera la sesión de investidura que acababa con trescientos días de provisionalidad terminé de leer Patria la novela de Fernando Aramburu. Cuando lo entreviste no había abierto el libro y le confesé, cosas que le llenó de satisfacción, que lo único que había leído de él era sus atinados comentarios sobre fútbol alemán 
en lo que es un autentico especialista.
De la estirpe de Pío Baroja y con la valentia de Raúl Guerra Garrido, Aramburu se adentra en las entrañas cotidiana de la violencia etarra, esa misma sobre la que pasó por ascuas el diputado de Bildu Oskar Matute, , para Quien la única violencia que ha existido allí arriba es la perpetrada  por el Estado. En Patria aparece documentados los asesinatos de Gregorio Ordoñez y de Miguel Ángewl Blanco para contextualizar la convivencia entre dos familias, la de un empresario asesinado por la ETA y la que ve crecer a un cachorro del terrorismo.
La sesión del sábado dejó muchos momento, muchas imágenes. Me quedo con el aplauso de Pablo Iglesias a las palabras de Gabriel Rufián y la palmadita en la espalda de Oskar Matute. Dos oradores de la calumnia y la estulticia. ¿Esa es la nueva España que proclama el hijo del viento en esa dialéctica joseantoniana y trasnochada?
En la novela de Aramburu, la familia del Txato, el empresario asesinado, se saben victimas pero huyen del victimismo. Pese a ello, les choca que esas circunstancias del dolor tenga que llevarla con una suerte de clandestinidad. Nadie enarbola la bandera de tanta sangre derramada. Los ven como bichos raros. "ademas", dice uno de los personajes de la novela, "el terrorismo de ETA no sirve para atacar a la derecha, para eso es mucho mejor la Guerra Civil". Por eso, las primeras palabras de Pablo Iglesias en la primera jornada de la investidura  fueron para saludar la memoria de las Brigadas Internacionales.
646 paginas buscando una palabra de perdón en ese conflicto que en las palabras de Matutes parece
que nunca existió. Solo el Leviatán perverso que llevó la mano de Pablo Iglesias a la espalda del orador. Muy bien, chaval. Llegarás lejos.

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