ULTIMÁTUM POR DOÑANA

Bruselas ha dado dos meses de plazo a España para que acabe de una vez con el problema de los pozos ilegales que se perforan en torno a Doñana.

La Comisión Europea ha dado dos meses a España para que acabe con la sobreexplotación  del acuifero número 27, del que se nutre, o mas bien cabria decir se nutria, Doñana. Y decimos se nutria porque debido a la perforación de entre mil y dos mil pozos ilegales en su entorno para el riego  de miles de hectáreas de cultivo de las que al menos un tercio ha  sido fruto de la ocupación de montes públicos, el aporte de agua a la marisma de Doñana se ha reducido en un 80%  con la amenaza que ello supone para la supervivencia del Parque Nacional. Ante su propia incapacidad, cuando no inhibición, para frenar la expansión incontrolada de los cultivos y la perforación de pozos para el regadíos, la Administraciones Publicas presente en el Patronato de Doñana decidieron legalizar de facto la situación creada hasta el año 2014 (se descatalogaron  unas 2.000 hectáreas de monte publico y se dio carta de naturaleza a 4.000 hectáreas de regadíos ilegales) y empezar otra vez desde cero con el denominado Plan de la Corona Forestal. Sin embargo, éste ha resultado tan ineficaz como los anteriores, porque no se ha frenado nuevos cultivos y regadíos ilegales ante la expectativa de otra posterior amnistía. Así hemos desembocado en una espiral sin fin de colonización de cada vez mas espacio silvestre para lo que luego se exige, mediante presiones en la calle y en los ayuntamientos, una nueva legalización , en su defecto, un trasvase que, de seguir así, también sera insuficiente. En una España sin Gobierno, pero no solo de ahora, Brusela ha de asumir la autoridad para tratar de salvar Doñana de nosotros mismos.