LA IMAGEN DE UNA SILLA VACÍA

La ministra de trabajo, si no tenia nada que temer ni ocultar y tampoco era competente, con más razón  debió comparecer ante la comisión.
El Gobierno en funciones de la nación ha esgrimido un dictamen Del Consejo de Estado para justificar la incomparecencia de la ministra de Trabajo, Fátima Bánez ante la comisión del Parlamento andaluz que investiga sobre el presunto fraude en los cursos de formación. Arguye el Consejo que el control de gestión del Ejecutivo corresponde a las Cortes, por lo que los parlamentos autonómicos carecen de competencias al respecto y solo pueden abordar asuntos relativos a sus comunidades carecen de competencias al respecto y solo pueden abordar asuntos relativos a sus comunidades, nunca al ámbito nacional. El Consejo de Estado, que con razón destaca el hecho de que solo haya pedido la comparecencia  de la actual ministra y no la de sus antecesores pese a que el periodo investigado se remonta al año 2002 con el Gobierno socialista en
Madrid, no ha tenido en cuenta que no nos hallamos ante una comisión de control al uso, sino ante una comisión de investigación de un presunto fraude en la concesión de fondos públicos.

Aun dando validez al dictamen del Consejo de Estado y coligiendo que el propósito político de la comparecencia  podría ser el de tratar de extender la sospecha allende  Despeñaperro  y propicia la foto del "paseíllo" de la ministra, si ésta nada tenia que ocultar ni temer porque además la  concesión de ayudas era exclusivamente autonómica, con más motivos debería haber evaluado la
convivencia de comparecer, para así dejar en evidencia a quien la demandaron y no la imagen de una silla vacía, que siempre se puede usar en su contra.
Los políticos prometen la máxima transparencia, pero a la hora de la verdad se escudan en cualquier excusa para hacer mutis por el foro.