martes, 3 de mayo de 2016

                                                              LA PUERTA GIRATORIA

El alto cargo publico que acaba en una empresa privada con una gran remuneración, apenas tiene responsabilidad porque aquello porque aquello por lo que se le pagaba no tiene que ver con el futuro sino con el pasado. Al colocarle en una gran empresa pública con un pastizal de sueldo su partido no hace otra cosa que premiarle por su dedicación política en el pasado. Numerosas grandes empresas en nuestro país constituye un albergue de lujo para ex primeros y segundos espadas gubernamentales. Los fichan como agradecimientos prestados, para utilizar su influencias con los responsables del nuevo gobierno o, sencillamente, para valerse su enorme conocimiento del sector y su capacidad profesional, es el llamado "el cementerio de los elefantes".
Los ejemplos son innumerables, el ultimo conocido sin ir mas lejos que ha llamado mucho la atención ha sido la de la ex ministra de economía del gobierno de Rodríguez Zapatero, Dña Elena Salkgado, que la han metido enseguida en el Consejo de Administración de Endesa, con un sueldo a todo trapo. Para hacerlo, utilizaron la argucia de que no iba asesorar a una empresa española, sino a una filial en el extranjero, la chilena ENERSIS: Pero sigamos con ENDESA: en junio de 2009 incorporo a su Consejo de Administración al ex secretario de Estado de Economía en el segundo gobierno de Aznar, Luis de Guindos. El cargo como externo independiente le permitió ser su tercer consejero mejor pagado. Cobro nada menos 368.000 euros solo en 2011, el año qe dejo esta compañía como LEHMAN BROTHERS para fichar como ministro de Economía en el Gobierno de Rajoy. Todo esto es lo que en Cadiz, que de esto del enchufismo sabemos tela, se ha llamado de toda la vida de Dios, el GAÑOTAZO, y lo que los anglosajones, mucho mas fino, han bautizado como
"REVOLVING DOORS"  (puertas giratorias). Una puerta giratoria de la que se sirven los que realmente parten el bacalao  y dictan las decisiones políticas para tener legalmente a suelo a los títeres que la aprobaron  o a los que podrían hacerlo en el futuro. Porque, qué da cabe, otro de los motivos por el que las compañía fichan a antiguos altos cargos políticos, aparte de pagar favores de todo tipo (subvenciones, ayudas, concesiones, etc..) es que nunca se sabe si se puede volver al poder político. En fin, no hay peor sordo que quien no quiere oír, ni peor ciego que quien no quiere ver.

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