sábado, 10 de septiembre de 2016

                                                           VIAJE POR EL CALVERIO
                                                                           ESPAÑOL

Conforme se sale en coche de Madrid, la autovía del Noroeste va dejando atrás Babilonia meseteña y al rato atraviesa la sierra de Guadarrama, que se alza entre la sierras hermanas de Gredo y Ayllón. Pero el paisaje montuoso pronto queda atrás. A partir de entonces surge el gran llano de Castilla. El verano no muestra ahora el tono pajizo de la llanada, las pacas de trigo y cebada, los colores casi siempre monocromos del viejo campo castellano. Los rótulos de la provincias nos dan su indolente bienvenida. Poblaciones muy distantes (algunas de ellas con hermosas nombradia) aparecen  de tanto sobre la seca paramera. Quien más o menos bosteza mientras conduces. El aburrimiento adquiere poco a poco como una cualidad visual  y se funde sobre el paisaje mismo, como si fuera otra matriz  que se recuesta sobre el propio horizonte.
Hasta ahora no lo sabíamos. Pero tras leer este libro de Sergio del Molino uno ya sabe lo que estas atravesando es como un pais dentro de otro país . De ahi el titulo de La España vacía. Viaje por un país que nunca fue. Quizá uno si que lo intuía. Pero hasta ahora no se lo habían explicado de modo
tan resuelto. Sea de donde sea, siempre que salimos de Madrid, la aglomeración cambia de forma abrupta . La meseta todo lo engulle con su seca lenguarada. De la Puerta del Sol al campo siempre lo que unos cuantos pasos errantes (así lo vieron Arturo  Berea, Azorín o Cela). Hoy como ayer en ningún , confín de Europa el paisaje ofrece esta enseñanza moral , reflejo de la idea que el autor define aquí  como el Gran Trauma.
La España vacía muestra sus hechuras.Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragon y la rioja ocupan 268.083 kilometros cuadrados. Este calvero inmenso y despoblado supone el el 53% del territorio nacional, en el que solo vive el 15,8% de los españoles (el  84,2% de la población  vive contreñida en el resto de España). La provincia de Teruel refleja el silencio de la despoblación  (9 habitantes por kilometros cuadrado). Teruel y Cuenca están demarcadas por una de las mas desoladas lindes del vacio aunque esta frontera, aunque esta frontera inhabitada presume de llevar el ecuménico nombre de los Montes Universales.
Sergio del Molino aporta varias tesis sobre el gran problema español. Se  entiende por problema español al descalabro entre el interior pelado y las zonas peladas. Este problema único en la Europa moderna bebe de la noche de los tiempos, en el milenario desdén que el campo a sufrido en siglos Romanos y árabes siempre alentaron el cardo máximo de la urbe y alcanzaba frente al agro. Fray Luis de León fueron los primeros cantores de églogas que vindicaron la pureza rural frente al negociado de la urbe. De ahí llegamos, de salto en salto mortal, hasta el carlismo del XIX, que vislumbra el reservorio esencial de España a través de su terruño (su odio a la ciudad es agresivo).
Las carlistadas  son su ultima instancia un quijotesco rapto de aventura, una lucha de la bonhomía  frente a la urbe y a su idea de progreso igualitario (del molino rescata las memorias carlistas de Ciro Bayo: Con Derrogay, una correria por el Maestrazgo).
Franco fue el gran maltratador del campo (no así la Falange genuina). Y todo pese a que el movimiento había alumbrado la sagrada idea de la España inmortal,cuajada mayormente en el mito galopante del Cid, en los conquistadores  extremeño de ultra mar, en la mística de Teresa de Ávila.
En pocos años la dictadura fijo la dimensión del Gran Trauma. La España de los ya debíles pueblos interiores se despobló aún más. Familias  enteras fueron a parar en aluvión a Madrid Barcelona o Bilbao, creando así la barriada adosada, los desaguaderos de emigrantes y toda aquella chincha de chabolas que fueron diseminando la miseria por las afueras. Franco sólo habia acelerado el genuino
desdén que los españoles sentian por el campo ("la mirada cruel y desdeñosa hacia paisaje interior de la Peninsula es una mirada española"). La distribución  geográfica en España no cambio con la llegada a la gran ciudad de Paco Martinez Soria, sino que se traslado a una escala monstruosa.
Hoy, en pleno siglo XXI el Gran Trauma ha propiciado como un roto como una desherencia nque parece oscurecer y dar luz a la vez al sentimiento colectivo que, como cuajo de generación  ha creado su propio paisaje subconsciente. Alimentada por los mitos, por la literatura hazañosa, por los
libros camineros, la España vacía del interior no sólo es un país ,sino que es más bien un estado mental al que se regresa (siquiera simbólicamente). Los que partieron en aluvión a la urbe conservan las llaves para la improbable vuelta en muchos salones de España. Llaves que, como surgiere el autor, evoca las que los sefardíes llegados a Salónicas o a Constatinopla guardaba para un día poder regresar a sus casas en Sefarad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario