MAYORÍA ABSOLUTA

Nos sentimos muy relajado cuando se anuncio el final del bipartidismo y de la mayoría absoluta.  Parecía que habíamos encontrados el antídoto ideal para resolver nuestros problemas políticos.La cruda realidad nos ha demostrado que solo se trata de un espejismo, cuya constatación  no has sumido en nuevas preocupaciones que, además, son muy compleja y difíciles de resolver, por que el multipartidismo requiere contar con personas de Estado que anteponga el servicio a los ciudadanos, a cualquier interés o ensoñación personal.

En cuanto al finiquito del bípartidismo se refiere, hemos de hacer notar que las pasadas elecciones han certificado que éste no es tan cercano como se anunciaba, sino que los partidos mayoritario mantienen su supremacia sobre los demás. Existe un criterio, ahora aireado por Pedro Saánchez, que consiste en dividir a los españoles en dos sectores, uno de derecha y oto de izquierda. Ignora este señor que entre ambos existe un espacio muy amplio ocupado por ciudadanos que no se identifica con el ideario, la disciplina, ni las practicas de dicho sectores. Lo que ocupan el referido espacio votan por intuición positiva y deciden el resultado final.
Por lo que respecta a las mayorias absolutas, debemos exponer que estas son imprescindible para la gobernalidad de  cualquier administracción  publica . La mayorías que se cuestiona son las que tradicionalmente venían consiguiendo los partidos mayoritarios, pero este cuestionamiento forma parte de la estrategia de ir eliminando los vestigios  de nuestro más reciente pasado, los mejores 38 años de toda la Historia de España. Existen dos procedimientos para elegir una mayoría absoluta ; el sufragio universal libre y controlado, o la decisión de un reducido grupo de personas que en la privacidad de una oficina, arrogandose la interpretación  del sentimiento popular, se reparten los cargos, ninguneando el resultado de las urnas. ¿Cual de los de los dos es mas democraticos?.