martes, 6 de octubre de 2015

EL MIEDO A ENERO

Estamos en octubre, pero ya recorre un miedo terrible a algunos políticos  al mes de enero. Supongo que por dos motivos, el primero porque en diciembre habrá  elecciones generales y algunos de ellos piensan en su posicionamiento dependiendo de lo que haga sus respectivos líderes  de partido a nivel nacional, y segundo, y esto afecta mucho mas al equipo de Gobierno municipal de Cádiz, es que en enero, y que las cosas se le pueden poner muy feas económicamente hablando, al Ayuntamiento. En estos días el Gobierno municipal busca desesperadamente un crédito de 43 millones de euros para poder hacer frente a la deuda pendiente con proveedores y para poder poner en practica algunas de las promesas electorales. Pero lo dificil es que una entidad financiera pueda confiar en este Ayuntamiento con la deuda tan alta que mantiene y con la falta de previsión de ingresos que anuncia algunos mentideros. Hasta ahora los proveedores vienen cobrando con un retraso mínimo de 11 meses, pero es que a partir de enero aún no se sabe de donde va a salir el dinero para seguir abonando, teniendo, teniendo en cuenta que, a demás, hay una sombra negra que recorre los pasillos de San Juan de Dios con la amenaza de dejar de recibir los 72 millones de euros al año que recibe el municipio del Estado, sumado a que en enero se empieza a pagar 14 millones de euros de los créditos que estaba hasta ahora en periodo de carencia. Esta es la situación en la que se enfrenta desde el Gobierno municipal, con muy poco margen para hacer grandes florituras y con la pesada carga de una oposición supuestamente "colaboradora", que lo que hace es pedir y exigir  a sabiendas de la imposibilidad y de las dificultades. Mientra la economía de la ciudad no fluye y el dinero no entra por el nuevo puente como algunos prometieron, los ciudadanos esperan cambios de urgencia que permitan una vida mejor, pero mucho me temo que tendremos al menos, tres años de mucha estrechez presupuestaria y con una asfixia mas aguda que la vivida hasta ahora. Si 2016 llega
y la situación actual no ha cambiado, puede ser que para mucho la famosa cuesta de enero se convierta en su peor pesadilla o quizá en su mejor alivio, dependiendo de los resultados de las elecciones generales. En tres meses se deshojará la margarita y quizá el cambio en Madrid, si es que lo hay, permite un balón de oxigeno, o quizá suponga la puntilla definitiva para darle los argumentos suficiente para hundir a los ayuntamientos del cambio, de momento nos entretienen discutiendo el sexo de los ángeles y de los Dioses y Diosas del Carnaval.

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