UNA RAYA EN EL AGUA

Hay un aspecto del Tratado de Tordesillas que ha interesado a la historiografía , el reparto del mundo conocido entre españoles y portugueses, la distribución no resulta una empresa fácil, al no existir una cartografía muy precisa de la tierra conocida y sobre todo porque juegan con las cartas, naipes marcados y con las marinas también. Los historiadores denominaban el reparto con cierta sorna, propuesto una raya en el agua.
Después resulto una linea sobre la tierra. Los portugueses porque habían llegado hasta Brasil y los españoles a América con los viajes de Colón que guardaba sus conocimientos con mucho sigilo.
Las dificultades estriban en que la linea de demarcación entre ambas naciones quedaba sobre el Océano (una raya en el agua). Posteriormente se comprobó que era sobre tierra ignota.
La dificultad quedó en parte subsanada durante el reinado de Felipe II sobre ambas naciones y así la tierra descubierta pertenecían a la corona. Ambas naciones transgredieron sobradamente el susodicho acuerdo.
Los españoles con la colonización de las Islas Filipinas, por Magallanes y Elcano, denominación realizada en honor de Felipe II. Los portugueses  con la ocupación del Brasil pusieron los primeros eslabones de su dominios americanos.
Aunque se le atribuye el primer asentamiento y descubrimiento de estas tierras fueron los marinos españoles Vicente Yañez Pinzón (que también participo con Cristóbal Colón en el descubrimiento americano), y a Pedro de Lepe los primeros que se asentaron tal como sido documentada por la historiografía pero la gloria no siempre actúa con justicia y los portugueses se quedaron con ella.
Resulta muy curioso que navegante y gobernantes no aludieran al mapa del navegante turco Piri Reis.