EXCALIBUR

El perro de Teresa ya esta en el cielo, victima inocente del mensajero, Excalibur de nombre agenciado en arturiles narraciones no era mas que un perro casero de esos que nos echamos a los pies, pues nos dan vida con su apego. La Quirós tiene al Lolo, yo tenia a Dorado y Teresa a Excalibur, hasta que se descontroló todo y ella quedo en aislamiento y su marido secundándola en la tarea. Teresa está infectada, no se sabe como, pero la fiscalia va a la caza, con lazo de plata.
El origen está claro, el misionero que vino a morirse aqui, apegado a sueros que no le hacían nada y tubos y mas tubos, en aislamiento. Pero fallo el protocolo y cayó un inocente que esperaba en su casa, que sus parientes humanos volvieran. Los perros son así , saben como mi vecino el okupa, que ni nombre le tiene dado y que cuando esta encostillado se sale al camino que nos unifica, para llorarle al viento o a la espera, mientra yo le doy algo, para sobrellevar el intrago. Aunque sé que el refrán es cierto y requiere a ese yonki descerebrado que pasa de él como del ébola, me da pena que se muera abandonado y tieso. Los perros ya les digo, ni leen prensa, ni saben de política, ni entienden que Edxcalibur ha muerto porque fallo el protocolo y a su parienta humana le están echando la culpa de que con un guante infectado, se tocara la cara. Que digo yo que si hubiera sabido Teresa la que se le echaba encima, no se presenta al casting, ni con la guardia civil escolta multitudinaria.
Ahora hay vigilados sin personal multiplicados, y la población rasa, sin tablas de medir, estamos que se nos va la vida en un puño, porque no sabemos y ya no confiamos en los pantanos, ni en las inauguraciones y menos en gentes que se encuentran animales en su garaje, sin que sepan nada. Son tiempos de series de zombies sin ninguna gracia, porque ya teníamos los olvidados bajo el puente, los no vistos yendo a trabajar por jornadas a cuatro euros los invisibles a las puertas del banco de alimento. Cada vez le vemos menos el chiste a este trato que nos dan, que con hablar en los canales ya les vale y luego las trampas sin ratones las pagamos nosotros, que somos los que quitamos las heces y luego nos tocamos la cara. Queremos ver gentes desfilando para los penales por lo que han mangoneado, por los que se reían a dos carrillos en nuestra cara paseándonos los Ferraris, los billetes de 500 o la rueda de prensa para no decir nada. Que nos escuecen en la rabadilla los sueldos encumbrados en los consejos de administraciones, que se dispensan en vía bancarias los que se van de la poltrona.