domingo, 26 de octubre de 2014

EL ODIAR LO VALE

La sombra ha hecho un curso anti-estrés y me tiene loco con "esto no es bueno" o "hablas demasiado alto", en plan hippie de los sesentas de amor universal, pero sin sexo explicito. Y me molesta por decirlo fino, cuando debería que me hincha los ovarios, porque se me inflama hasta desenbocar en las amigdalas. Sabes que hay gentes farsaria y son un coñazo, pero los que van de santo me la sacuden a golpes cuartelaríos. El odio- como dice Nené Ortiz- es sano y nos hace humanos, nos da gloria de seres vivos y nos igualas con la tierra. El odio es profético y bíblico, es sacarle losa ojos al que te saetea, para hacerte unas cuentas o decir que te joroban las bragas porque se te pegan a las ingles y te hacen llagas. El acordarte de la madre, que no tiene culpa, de la que te pide- llamandote floja- un trabajíto "que no te cuesta nada, vamos qué escribir es lo tuyo",  pero de pagarte, ni con un café , que las labores literarias están muy sobrevaloradas.
Es el odio sublime, el que te entra cuando le pregunta a la profesora de gimnasia, si los niños van bien y te sale con la baladronada de que uno no sabe atarse los cordones de los zapatos, como si fuera un delito de lessa majestad o le hubiera arrancado la peluca a la directora, en pleno recreo.
Es el apretar de dientes de todos los dias y tener ganas de gritar, en un mundo que los coches son los amos del asfalto y cualquier idiota puede llevar uno y matarte y quedarse tan ancho. Un mundo estúpido donde no se sabe si habrá mas flases el día que salga Teresa o el día que entre Maribel, ni las elecciones la ganara el mismo o a Pablo Iglesia le están haciendo la cama en la sexta por aviesos motivos. Es odio singular y carismático de entraña molidas a palos, de apretar dientes y reírte a carcajadas de ventolera de la buena, de acordarte de los zombis que aún no han sidos convertidos y plantearte si éste es el planeta en el que as de vivir para desgracia tuya, que no tienen tarjetas negras que quemar en las inmediaciones de la Gran via. Desgraciado que si tuviéramos que devolver
500.000 euros nos quitaban la casa y solo podemos quejarnos y no muy alto, porque los anti estrés nos dan la murga, ellos tan peripuestos y tan civilizados, no entienden que estemos más quemados que la punta de una colilla. Tampoco entienden que esto es un arte que llevamos décadas ejecutando.
Porque- aún así - miramos, pamplinas- quemamos, masticamos y mordemos aql primer idiota que nos dé la vara, para pedirnos algo que no da, para darnos un trabajo que no pagará y para jorobarnos la mañana..

No hay comentarios:

Publicar un comentario