El gobierno ha acabado dando la razón a los agoreros que se ponían en el peor escenario y afirmaban que repatriar a los españoles enfermos de ébola era muy peligroso por el peligro del contagio. Que un auxiliar de enfermería que atendió a los fallecidos haya acabado dando positivo deja patente que en el protocolo hubo un fallo garrafal . Se trata del primer caso mundial de infección fuera de Africa y con ello la credibilidad del Ministerio de Sanidad ha quedado por los suelos. La técnica atendió a Manuel Garcia Viejo, que murió el pasado 26 de septiembre por la enfermedad, y a Miguel Pajares, el primer español contagiado por el virus. Cogió las vacaciones un día después de la muerte de Garcia Vallejo u aún disfrutaba de sus días libres cuando acudio con fiebre. Tanto el hospital como la auxiliar aseguran que cumplieron el protocolo, pero la luz de los acontecimientos, o bien hubo un fallo en su aplicación o éste era negligente. Por de pronto, no tiene sentido que una persona que ha atendido a un fallecido por ébola haga la vida normal los dias posteriores y menos que le permitan irse de vacaciones. Tampoco es lógico que la auxiliar, enferma, acudiera varias veces y le dieran larga hasta que superó los 38 grados de fiebre. Lo fundamental ahora es que la técnica se recupere y no haya infectado a nadie mas, pero una vez superada la crisis habrá que pedir responsabilidades al mas alto nivel ante la gravisima chapuza que ha ocurrido aquí.
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