domingo, 5 de octubre de 2014

DEL ESTRECHO A LA ISLA

Se podría hablar con este titulo de la conjunción entre dos planetas  -ésta si-, entre Camarón de la isla y el hijo del Estrecho de Gibraltar cuya personalidad artística acaba de celebrarse el mejor encuentro habido hasta la fecha, en la Bienal de Flamenco de Sevilla, comandado por Juan José Téllez y a la que han concurrido todos los artistas que tuvieron relación directa con el inmenso guitarrista de Algeciras, Paco de Lucia. Se fue el genio pero su hijo nos ha alargado su recuerdo en un documental: Paco de Lucia. La búsqueda. El autor inmortal de Entre dos aguas se eterniza desde el Estrecho.
Pero hay otro Estrecho de moda, es que aparece en la película que ha lanzado a un futuro estrellado a un sosias de un joven Paul Newman. El niño ha sido la revelación cinematográfica de la temporada y Jesús Castro, el protagonista de Vejer de la Frontera es mas que una promesa. Daniel Monzón , el director, ha puesto todas las salsas en la película: el puerto de Algeciras, Gibraltar, la policía corrupta y la que no es, la costa barbateña, el sugerente y temible Tánger, el narcotráfico....
No hay nada menos inventado en una película como esta con la fuerza dramática de un documental de realidades que espantan  pero que están tan presente como nosotros mismo. 
Hce solo unas semanas un cargamento de armas ligeras han sido aprehendido en el puerto de Algeciras con destino a Oriente Medio.
En la costa romántica de Zahara una operación policial contra los narcos ha terminado con mas de 50 detenciones.
Del Estrecho a La Isla Mínima. La otra pelicula que triunfa en los cines muestra la realidad social y politica de las marismas del Guadalquivir en 1980. El director Alberto Rodríguez hace un trabajo excepcional para el renovado cine español y significa una aportación impresionante para el cine andaluz. Fernando Villalón  -el poeta que Rafael Alberti  decía algo tan sublime como que se arruino porque quiso conseguir toros bravos con los ojos verdes- ha cantado como nadie esas marismas, esas "Islas del Guadalquivir , ¡Donde se fueron los moros que no se quisieron ir!..."
La realidad de la película no es nada poética, es trágica y desgarradora, como lo fue la Transisión política, ahora que los que no la vivieron dicen que todo pudo haberse echo mas facíl y tajantemente.
El cine ha dejado en su sitio esta vez.

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