NO TIENEN LA MAYORIA

Es comprensible que un gobierno municipal compuesto por personas inexperta cometa errores. En cierto aspecto supone más una ventaja que una rémora por lo que ese efecto supone (al menos debería) una bocanada de aire fresco, como anunciaba, el cambio de un gobierno de políticos por uno del pueblo. Sin embargo, los actuales gobernantes están adoleciendo de ciertas intenciones autócratas  que no presagian nada bueno. Los ochos concejales de Por Cádiz si se puede más los dos de Ganar Cádiz en Común  conforman un precario gobierno que depende del dialogo y del consenso con el resto de formaciones a la hora de tomar decisiones. Diálogo y consenso son, precisamente, dos significativo valores democráticos y con un gobierno en franca minoría al alcalde y su equipo por mucho que quieran no pueden comportarse como si disfrutara de una mayoría absoluta. Tres de esos defectos salieron  a relucir en la reunión del consejo rector de la Fundación Municipal de la Mujer. Uno, intransigencia, al pretender destituir a la directora de la Fundación sin buscar un acuerdo con los grupos. Dos, bisoñez, al solicitar una concejala el voto de calidad del alcalde para imponer dicha destitución y no saber que eso solo sirve en caso de empate por las personas afines al partido gobernante. ¿Pero no es eso lo que venían a cambiar.