viernes, 11 de septiembre de 2015

CARACOLAS: EL DEDO Y LA LUNA

El curso escolar en infantil y primaria para casi un millón de niños ha comenzado en medio de un tortuoso debate sobre el numero de caracolas en las que todavía se imparte clases, la urgencia de su erradicación  y el concepto de las mismas tienen los diputados según el partido politico al que pertenece la consejera de Educación. Mientra que para una parlamentaria del PP caracola equivale a "lata", "barraca" o "chabolas", la consejera del ramo Adelaila de la Calle, prefiere emplear el eufemismo "aulas de construcción rápida" para no reconocer la realidad de su persistencia en el sistema público.Ni lo uno ni lo otro. Puede haber caracola indigna de acoger a nuestros escolares por su pésimo materiales y otras de primera calidad que nada tenga que envidiar a los centros tradicionales. Pellón levantó  un campamento de caracolas para las obras de la Expo-92 de Sevilla y casi 30 años después sigue siendo reutilizada con todas las comodidades y equipamiento por medio millar de empleados de Urbanismo. Incluso  por la caída demográfica y cada vez menor número de alumno puede ser más conveniente y económico utilizar caracolas removíbles a condición de que reúnan todos los requisitos para la docencia, como unas aulas normal. Ahora bien, mientra los políticos debaten sobre el continente de la enseñanza el significado "caracola" nadie se preocupa de los contenidos educativos y de si son apropiado o no para los retos de la sociedad del mañana. La polémica recuerda el dicho sobre quienes miran el dedo en vez de la luna a la que aquél apunta.

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