miércoles, 15 de junio de 2016

                                                                     VICTORIA

Me alegra la victoria del Madrid porque es mi equipo (después del Cádiz, claro está) pero también por otras razones basada en valores objetivos.
Primeramente creo que el fútbol mismo ha ganado. aunque Zidane es por ahora más un buen gestor de egos que un entrenador consumado -¿porque el cambio de Kroos por Isco , ese magnifico jugador de fútbol - sala que diria Ussia?-, el Madrid es un equipo conformado por el talento. El Atleti es también un equipo de grandes jugadores, pero la filosofia del Cholo está más a la fuerza fisica, del encontronazo, a veces rayano en la ilegalidad, que del fútbol mismo.
Por otro lado, la propia idea del Madrid es un concepto moral: un club señor, con una Historia inigualable en el mundo del fútbol, que nunca se contenta con lo conseguido y a cuyo frente se erige un empresario eficaz y con distinción, que respeta al rival nunca se queja ni culpa a otros, ha multiplicado su tesorería, y ha ganado tres Champions, la copa que de verdad importa. ¿No debería  
ser esta institución  un modelo a admirar socialmente?
Además, para nadie es un secreto que había una España antisistema  que deseaba fervientemente la derrota del Madrid, no me refiero a los aficionados del Atleti, desde luego, equipo que merece todo nuestro respecto y comprensión, aunque se debe aclarar que no se mereció el titulo porque tuvo menos ocasión de gol, y porque no remacho en la prorroga, con el Madrid agotado, quizás por ese miedo a ganar que siempre le acogota frente a su rival.
Me refiero al independentismo que identifica despectivamente  al Madrid con el sistema (constitucional) y con España y al populismo igalitarista que ven un caso de privilegio allí donde solo hay esfuerzos y capacidad.
Por eso, de alguna manera esta victoria lo es de España que prefiere la superación propia al rencor,
que no desea rupturas trágicas, que no habla siempre de culpables ajenos, la del merito y de las cosas bien echas permanentemente, frente a la España del victimismo y del igualitarismo perezoso e inmoral.
Reitero, no me alegro por el meritorio Atleti. Pero si quizás por algunos colchoneros sobrevenidos, muy pocos, que parecen hechos a imagen y semejanza del fútbol ambicioso, trabajado, pero marrullero, visceral, y agresivo de Simeone.


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