Soy un joven valenciano, de 24 años, y he sido drogadicto durante 8 años de mi vida. Me gustaría que por medio de estas lineas y a través de mi experiencias , adquiriéris capacidad para juzgar la realidad de la droga.
....Cuando tenia 16 años, marche a EE.UU. Era un muchacho revoltoso, curioso, con ganas de vivir expirencias. Fue allí donde me ofrecieron por vez primera fumar un porro... "Un porro no pasaba nada", que fuera mas allá de una extraña borrachera. Pero el hilo ya estaba roto. Como "no pasaba nada", volví a fumar una docena de veces más, y todo continuaba normal, excepto la sensación de tener una pequeña nubecílla dentro, que iba diezmando mi voluntad y mi personalidad.
Regresé a España, y pronto me di cuenta de que la experencía de aquel porro era repetitiva, y no me llenaba. Me fue facíl encontrar gente que había probado las "pastillas" y me hablaban de ellas como algo mucho mejor que los porros, y que no revestían ningún peligro. así. Así , probé las anfetaminas. Era una sensación distinta; pero....<no pasaba nada>. Tras unos meses tomándola, llegó un momento que tuve la misma sensación que con los porros. Me resultaba aburrido y tampoco me llenaban. Los ácidos eran una cosa eran una cosa muy común entre la gentes joven, y por probar, "no pasaba nada". Así llegó el día que la historia se repitió y me resultaba siempre lo mismo. Volvía a salir de mi esa necesidad de conocerlo todo. Por entonces, mi vida ya había cambiado. Me sentía
mejor con los que tomaban drogas, pues me servia de apoyo para autoconvencerme de que la droga era algo general y de que estábamos en lo corriente. Pero cada vez era mas dificíl comunicarme con quienes no tomaban drogas, y todos mis sentimientos se iban ocultando tras esa cortina, de lo yo sabia muy poco.
Un día, alguien me ofreció una droga de las que yo había oído hablar mucho pero que aún no había probado, se llamaba, heroína. Tuve consideraciones para probarla (estoy seguro que si no hubiera tomado todas las demás, ésta no la habría probado jamas); pero lo cierto es que por una vez
"no pasa nada" y la tome. Tarde una semana sin volverla a tomar. La siguiente vez que la tomé , ya solo deje pasar unos días, y, poco a poco, fui habituándome a élla en cuerpo y alma. Un día al levantarme por la mañana, sentí nervios y unos desagradables dolores. Comprobé que si tomaba un poco de heroína volvía a encontrarme perfectamente; pero en cuanto pasabas unas cuantas horas, los dolores volvían. Ese día el sol dejo de brillar para mi. Recordé cuando me compadecía de los drogadictos y pensaba que eso nunca podría ocurrirme a mi. A partir de entonces, mi vida se hizo terrible picado hacia abajo...deje la carrera, el deporte, y ningunas de mis aficiones le sacaba color. Entonces empecé a aislarme del mundo y a destrozar a las gentes que mas quería: mi familia, mi novia, mis amigos....Todos sufrieron las zarpas de mi adicción. Cuanto mas me quería alguién , mas daño le hacia, pues mi necesidad de droga estaba por encima de mis fuerzas de voluntad. Mi vida era una pregunta sin respuesta. Miles de veces recordaré aquel primer porro, con el que "no pasaba nada". Cada noche, al acostarme, pensaba con temor en el día siguiente, y no veía solución. Habia caído en una trampa perfecta.
Aún me pregunto de donde saque las fuerzas que me llevaron a pedir ayuda. La recibí de todos aquellos a los que más daño les había causado, pero la ayuda incondicional de mis padres fue lo que me hizo afrontar el problema. Al ver a mi familia pasar por los peores momentos de su vida, decidir intentar rehabilitarme.
Me fui a un centro llamado Narconón Mediterraneo, en peñiscola y utilizando la técnica de
L. Ronald Hubbard que alli aplican he logrado <salir>. Ahora soy una persona que lucha y luchara contra las drogas, siempre que pueda. Si leyendo estas lineas, solamente una persona evita pasar por el calvario que yo pasé, me daria por satisfecho . Quiero recordar que para ver LA DROGA AL DESCUBIERTO, no hace falta recorrer toda la espiral por la que yo he ido desendiendo hasta casi tocar el fondo´
Quiero poner a mi familia como los mejores amigos que jamas he tenido y agradeciendo de corazón, la fortaleza que han tenido para ayudarme de manera incondicional y por ser ahora los principales artifices de que cada mañana, al levantarme, VEA BRILLAR EL SOL.
Esta historia es real de un buen amigo mio que se dio cuenta que las drogas no conduce a nada bueno, solo a la destrucción de la persona.
Felicidades amigo.
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