martes, 29 de julio de 2014

EL PAÍS DE DIÓGENES

Un imputado nacionalista por corrupción , fue al juzgado en Barcelona arropado por los suyos, como el que sintiéndose desnudo, "descubierto", precisara arropamiento. Termino declarando ante el juez, que las intermediaciones interesadas, por las que había obtenido lucro interpuesto, las había hecho "por el bien del país". Fue también Diógenes, el que en la antigúedad, llamó a su zurrón, su país: En el que entre brumas y tinieblas, divisaba la Ciudad de Pera", por la pera que tenia en el fondo de su zurrón. Es Diógenes, fundador de la corriente filosófica llamada "secta del perro", los cínicos: por, según él, "lisonjear al que le da, y morder a los que le dan", tiene entre los nacionalistas, y aspirante a políticos, gran cantidad de prosélitos. A las pruebas me remito, por las numerosas corrupciones descubierta en los políticos , por manejar los asuntos públicos: en los que llegan a patrimonializar los cargos, por sentirse como dueño de los que administran. La permisibilidad  de los encargados de velar, por hacer cumplir las leyes favorecen la laxitud. Otro gallo hubiera cantado, si se hubiera actuado por defender las leyes, en los primeros síntomas de su desbordamiento, por la casta política. La politízación de los organos rectores de la justicia, que nos dan salida pronta, los casos de corrupción , que quedan ralentizados, por quinquenios , es otra de sus causas coadyuvantes. Si a esto lo unimos la falta de transparencia, las listas bloqueadas de los partidos, que no nos permiten elegir, de ente ellos, a los votantes; así como una deficiente ley electoral, que prima a los partidos nacionalistas, vemos que el discurso de las cosas publicas, es favorable a los cínicos; porque terminen, por indefensión de los derechos y principios constitucionales, de todos los españoles, siendo cuarteado, estancados, dividido por los políticos cínicos, hipócritas; de aquellos aquellos que fueron llamados "sepulcros blanqueados", que gustan de imponer duros fardos de leyes, a los mas débiles, por ir ellos sin carga alguna.

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