miércoles, 2 de julio de 2014

LA JUSTICIA ESPAÑOLA

El que la comunidad europea llame la atención al gobierno español sobre las dudas existentes sobre la imparcialidad de la justicia, al menos, debe sonrojar a todos sus miembros y a la sociedad en general. Acabamos de renovar al jefe del Estado y él debería de tener como primer encargo el mejorar el nivel de nuestra justicia que ha caído a niveles angustiosos, con un Gobierno y una oposición que ha mirado para otro lado ante el delito de corrupción de todos conocidos.
Europa también existe este problema, pero se castiga de inmediato en los países de nuestro entorno en donde existe una democracia consolidada. Aquí parece que robar no es delito siempre que sea "de los nuestros". Porque no solo es responsable el Gobierno en su mayor grado, también esas personas que aplauden a imputados que salen de declarar porque, simplemente, tienen hacia ellos simpatías políticas.
Yo jamas aplaudiré ni alabaré a cualquier imputado, que por serlo ya es sospechoso. No me importa ya que se declare inocente después, ya que pienso que hay profesiones en que no deben de ser ni siquiera sospechoso. Si este fuera un país democrático de verdad no existiría tantos aforados políticos. Yo, si fuera político, no quisiera que me aforaran porque nada tengo que ocultar. Por eso, mi duda es por qué los que son honrados, que algunos habrá, no rechazan ese tratamiento.

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