ALGO MÁS QUE FOTOCOPIAS

El Parlamento de Andalucía acordó en septiembre, el inicio del nuevo curso político y pese a la renuncia de los socialistas, la creación de una comisión de investigación sobre el presunto fraude en los cursos de formación. La comisión se constituyó el 1 de septiembre y debía empezar a funcionar al
cabo de veinticuatros horas. Debido a la convocatoria de las elecciones generales del 20 de diciembre
se acordó de casi inmediato posponer sus trabajos, para que no interfieran con la campaña electoral
ni pudieran ser instrumentalizados en ningún sentido durante la misma. Casi sin solución de continuidad, tras las elecciones generales el Parlamento andaluz en modo de vacaciones de navidad
hasta el mes de febrero. El caso es que, entre unas cosas y otras, han pasado mas de cuatro meses desde el acuerdo parlamentario de su creación y la comisión investigadora sólo ha sido capaz en todo este tiempo de acordar un único punto: el método de realización de las fotocopias. Es sorprendentemente paradójico, por no emplear otro calificativo que mientras la Junta de Andalucía impulsa una Justicia sin papeles para para que imperen los procedimientos digitales y telemáticos,
al mismo tiempo trate de ahogar a los miembros de la comisión con 31 millones de folio sobre los cursos de formación mientras envía esa información en formato digital a los jueces. El principal imputado en el caso de los ERE dijo que éste no era nada al lado del escándalo de los cursos.
Por eso mismo, los andaluces esperan que la comisión de investigación sea capaz de hacer algo más
que acordar la forma de hacer las fotocopias.