viernes, 29 de noviembre de 2013

LAS HUELGAS REALES

Volveremos a la realidad de las huelgas que están promoviendo los sindicatos navales en protesta por la falta de trabajo, pero que sobrepticiamente confirma la decisión de las empresas españolas de encargar la fabricación de barcos en Asia. Los sindicalistas piden libertad de trabajo, y ¿acaso no es libertad de decisión cuando no les da el trabajo a ellos, sabiendo que con la conflictividad laboral que provocan van a retrasar la entrega de los barcos que además van a salir mas caro?
Al grito de LIBERTAD ¿se puede obligar a estas empresas que encargue a Navantia la fabricación de los barcos gaseros? Por la misma regla de tres ¿se puede obligar a los sindicalistas que no destrocen el puente Carranza una vez mas. Y van como no se cuantas veces. Como echo en falta la siguiente valoración desde que entro el socialismo en España nos hemos acostumbrados a que sea l mismo un ingeniero que un peón , un dia que el siguiente, hacer las cosas bien o hacer chapuzas, que te aplaudan si metes bronca y soslayen si eres honrado.
Esta es la principal herencia del socialismo que ha calado después de 30 años en la sociedad gaditana.
Acostumbrados al oropel cuesta tener solo bronce. !Pero mas vale¡
Afortunadamente se ha visto un cambio un cambio en la sensibilidad social que ha detectado las mentiras de los sindicatos apuntalada por IU y PSOE y mas sí cabe y te aseguro que cabe, después del asunto de los ERE.
Es ruin y ruinoso que los sindicalistas creen esta inestabilidad que estorba la recuperación del sector naval y de la economía de la Bahía de Cádiz. Juerga, huelga, holgorio, jolgorio.
Ya las gentes no les apoyan ni hay empatía. Las huelgas son reales porque los sindicalistas imitan la realeza, y se han acostumbrados a las alfombras principescas, a la corte y a los bufones. ¿Será que han renunciados a la republica porque ellos quieren ser los reyes? Entre la huelga real y el holgorio verdadero. Antes quienes holgaban eran los reyes, ahora quienes huelgan son los sindicalistas.

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