martes, 30 de mayo de 2017

NO FUE PARA ESTO

                                                                    NO FUE PARA ESTO

La corrección política, hoy  omnipresente, nos está conduciendo a una realidad francamente irrespiurable. Siendo, como es, un fenómeno mundial, curiosamente encuentra entre los españoles 
-un pueblo otrora tenido por individualista y rebelde- su más devota y disciplinada parroquia. En pocos lugares  como aquí, campan por su respecto  los santones y predicadores  de la nueva moral, constantemente dispuestos, si osa rechazarla, a arrojarte a los infiernos. Aumenta exponencialmente el numero de asuntos  que gozan de doctrina oficial y en consecuencia, respecto de los cuales no hay margen  para la hecterodoxia. La libertad de expresión, un derecho que paradójicamente ya sólo opera en un sentido,muta peligrosamente en libertad de adhesión. Reparte el lector  en cuantos lances tiene que callarse lo que verdaderamente cree y piensa, so pena de ser considerando un reaccionario, un ultraderechísta de mierda, un facha al servicio del capitalismo ruin. Medir las palabras, dichas y escritas, se está convirtiendo en exigencia ineludible si no se quiere recibir la descarga cerrada de la milicia progresista.
Yes que esto, el progresismo, a logrado imponer sus férreos códigos. Dueño siempre de la verdad absoluta, inflexibles cual victoriano redivivo, vigilan y fulminan permanentemente cualquier movimiento incontrolado.No importa que ellos mismos adoren el dinero más que tú, ni que roben, mientan, insulten o manipulen  con una facilidad para ti desconocida. Si pertenecen a la cofradía, todo será justificado, perdonado y hasta ensalzado. Si, por contra, te aparta de su hermético universo, eres hombre muerto.
D todos los calificativos que cabria adjudicarles -dogmáticos, demagogos, totalitarios, hipogritas- el que más interfiere  en mi cotidianidad es el de paternalistas. Asombra y asusta el ahínco con el que, desde su crónico complejo de superioridad, se empeñan en dirigir hasta el más mínimo detalles de la vida ajenas.Se arrogan la potestad de decidir qué es lo mejor para nosotros y encima están convencidos de que le debemos un favor. La masa es idiota, descuidada, pueril, y a ellos les corresponden ilustrar y corregir la estulticia mayoritaria.
Miren, no me queda tiempo para malvivirlo al dictado. no fue para esto, además para lo que tantos lucharon. Que se queden, pues, con ese futuro suyo opaco  y uniformado. En lo que me toca y mientras pueda, jamas lo aceptaré como el mio.

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