LA REINA DE ESPAÑA
Se puede apoyar el boicot a La reina de España, la película de Trueba, sin que ello intermedien pulsiones nacionalistas? Yo creo que si, pero ¿merece la pena? El pobre Trueba no es sino otra victima incauta de esa mitológía nihilista que es preciso repetir , al parecer, como un papagayo si se quiere parecer de izquierda. Como verán nos encontramos en el ámbito mas insginificante de las aparencias . Por eso frente a una iniciativa tan innecesariamente dañina yo abogaria por otras que tuvieran: que ver con la realidad: por ejemplo el boicot a todas aquellas empresas, que de forma interesada y subrepticia, están implicada en el proceso secesionista catalán empezando por la multícional Coca Cola, una de cuya directiva, Sol Daurella costa como miembro de pleno derecho en el chiringuito creado por los independentistas para darle carta de naturaleza internacional a sus pretensiones secesonístas Siendo el autodesprecio uno de uno de los sentimientos que con mayor mimo se activan en cívica y tan pacifica pueda convertirse tan sano ejercicio colectivo de pedagogía y autoestima.
Lo de Trueba en cualquier caso, no es una simple frivolidad. Sus palabras se produjeron en medio de un chantaje sin precedente a nuestra convivencia democrática como colectividad. Por cierto, al hablar en el modo en que lo hizo, el director de cine cayó en la concepción del termino nación mas rancia y esencialista. "Nunca me he sentido español - dijo -. Ni cinco minutos de mi vida", a lo cual no habría nada que objetar si no fuera porque a continuación añadio; "siempre he pensado que en caso de guerra, yo iria con el enemigo. Que pena que España ganara la guerra de Independencia. Me hubiera que hubiese ganado Francia" Todo ello esta muy bien, Salvo que si Trueba hubiera vivido en Francia de Robespierre a quien sin duda admirará sin medida, una palabra como la que dijo le hubiera llevado a la guillotina.
Sea como fuere, el sectarismo del cine español esta dejando de ser un fenómeno meramente estupído para convertirse en algo directamente ofensivo. Hemos tenido que asistir al grotesco espectáculo de una gran actriz que instrumentalizó sin el menor recato la muerte de su propio padre
para hacer demagogia contra los recortes del gobierno. Un director de cine que, en palabras de Sanches Ferlosio representa "la prolongación más natural, mas inerte y mas esperable de Alfredo Landa" irrumpió irrumpió en la noche del 11 M para crispar aún más los ánimos proclamado que se estaba produciendo un golpe de estado. Un tal Jose Luis Cuerda director de la película, en mi opinión más sobrevalorada de la historia de nuestro cine , declaro sin inmutarse que los votantes del
PP son "una turba mentirosa y humillante que piensa desde su imbecilidad, que todos somos más imbéciles que ellos", Uno puede respetar e incluso compartir algunas de las movilizaciones en las que se ha invulcrado los cómicos españoles, pero se le ha echado en falta en otras mucho mas importantes. ¿Donde estuvieron por ejemplo en los años de plomo de la lucha contra ETA? Ahi es donde hubo gente que realmente se jugo la vida. ¿Es que aquel combate por la libertad de todo un pueblo no iba con ellos? ¿Donde esta hoy en día cuando el independentismo catalán está perpetrando
lo que no puede ser calificado sino de golpe de estado a cámara lenta? En Inglaterra hemos escuchados a voces signicativas de la literatura y la farándula pidiendo el voto contra la independencia de Escocia. Aquí estamos viendo a algunos actores catalanes, muy bien pagado, por cierto por Televisión Española, aboga por la independencia de Cataluña. ¿Es que no hay nadie en el
gremio de los actores hispánicos tan nacionalista ellos a la hora de cacarear sobre esa cosa que se llaman cine español que alce la voz en favor de la convivencia democrática dentro de la nación española?.
Las estridencias de los cómicos carecen de importancia en cualquier caso: ellos no son como digo,
sino la caja de resonancia más grosera de un automatismo ideológico que está alejado de la izquierda
a ingentes masas de población que sienten huérfanas decía Santayana que "que el nacionalismo es la indignidad de tener un alma sojuzgada por la geografía", pero también que "el patriotismo consiste mas bien en ser sensible un conjunto de intereses que no afectarían a nadie que viviera aislado pero toma cuerpo en los hombres conscientes de vivir en sociedad, y en una sociedad que posee el alcance
y la historia de una nación". Al olvidarse de esa forma de sensibilidad tan natural (Y apostar sin embargo por su expresiones más identitarias y destructivas), la izquierda le ha dejado en el campo libre a los pícaros que están sabiendo rentabilizarlas en sus versiones más peligrosas y populistas: El Nacionalismo catalán. Le Pen en Francia, el Ukip ingles, Trump en los Estados Unidos...las palabras de Trueba serian irrelevante si no fuera porque representan el correlato ideológico imprescindible para el crecimiento del discurso populista.
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