martes, 6 de diciembre de 2016

                                                            LA LECCIÓN DEL FRACASO DE
                                                                         MATTEO RENZI

El fracaso de la reforma constitucional italiana que proponía el dimitido primer ministro, Matteo Renzi, vuelve a poner sobre la mesa los peligros del uso y abuso  de los referendos como instrumento democrático, más en estos tiempos de alta volatilidad política en las emociones y las medias verdades convenientemente manipuladas y difundida masivamente por las redes sociales (la llamada posverdad) están más en la decisión de los ciudadanos que las razones fríamente sopesada. El resultado no puede ser más negativo, Italia pierde la oportunidad de reformar una Constitución que la condena a la crisis gubernamental perpetua; la Unión Europea ve desaparecer -al menos por ahora- a un lider decididamente europeísta; y finalmente, los populistas contrario al euro alcanzan una nueva victoria en esta lenta, incruenta y silenciosa guerra que libran contra la política clásica.
Evidentemente, una reforma constitucional como la que proponía Renzi, que cambiaba  en gran medida los equilibrios del poder en Italia debía pasar por un referéndum. Los ciudadanos no italiano
tenian derecho a opinar sobre ella. Sin embargo, Renzi no tenia que haber llegado a la celebración de la consulta sin haber muñido previamente los acuerdos políticos necesario que le garantizasen un rotundo si . Los políticos con atractivo como como el dimitido primer ministro suelen confiar demasiado en su carisma y en su capacidad de arrastre. Ahora, Renzi  ha comprobado amargaente para el y para UE que sobrestimo sus fuerzas. Un mal acuerdo político vale más que una buena idea
Que no cuenta con los suficientes apoyos.
El ejemplo de Italia no debe pasar desapercibido en España en unos momentos en los que se están de una hipotética reforma de la constitución de 1978. Todo indica que con más lentitud que prisa, los principales partidos constitucionalistas (PP, PSOE y C"s) van a empezar a hablar sobre los términos que se podría realizar esta reforma. Es el momento de insistir en que, para evitar el fiasco italiano, el texto que se someta a la opinión  de los en referéndum- si es que tal extremo ocurre- debe contar con un amplisimo consenso previo entre los partidos que garantice no solo su aprobación, sino la aceptación masiva que merece una Constitución. Solo así se librará a nuestro país de vivir una crisis política como la que ahora se abre en la República de Italia.


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