martes, 22 de diciembre de 2015

                                      TRANSPARENCIA, EN LAS CUENTAS

Los políticos no dejan de prometer transparencia, pero uno de cada tres ayuntamientos no muestran sus libros contables a la Cámara de Cuentas.

Transparencia es la palabra de moda entre la clase política. No hay candidato o cargo ya en el ejercicio del poder que no prometa alguna norma o actuación relacionada con dicho término.
Tanta apelación a la transparencia es señal inequívoca de su elevado grado de ausencia, ya que si se hubiera aplicado con el mismo entusiasmo con el que se proclama no hubiéramos sufrido los numerosos escándalos de todo tipo que ha  deteriorado nuestra Democracia provocando la desafección  ciudadana. En la política , como el vadarse en el Servicio Militar, la transparencia debe darse por supuesta, pero ocurre todo lo contrario. Por muchos portales de transparencia que prometen los políticos, hay vicios difíciles que erradicar. Prueba de ello es el ultimo informe de la Cámara de Cuentas que revela que a 1 de junio de 2014 uno de cada tres ayuntamientos no le había remitido para su fiscalización sus gastos ni de 2011 ni de 2012. El desfase es tal cuando un ayuntamiento rinde cuenta a la Cámara es probable que el equipo de Gobierno al que hipotéticamente podrían exigírle responsabilidades por una mala administración  ya no este en el poder. Por eso apoyamos que se otorguen a la Cámara de Cuentas potestades sancionadoras de ejecución forzosa y que se acondiciones las transferencias ayudas y subvenciones a los ayuntamientos a la previa presentación de sus gastos. Si la cámara es, como el Defensor del Pueblo un organismo florero sin poder alguno, los alcaldes seguirán intentando incurrir en la opacidad económica mientras en publico se les llena la boca con la palabra transparencia.

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