lunes, 22 de junio de 2015

SANLÚCAR

El pasado fin de semana decidimos escapar de un Cádiz tomada por las tropas de los puños en alto. 
¿Es que aquí nadie aprende del pasado? Elegimos solera, belleza y la mejor oferta de comida y bebida: Sanlúcar.
Para pernotar escogemos la casa de la familia de Mendicutti -hoy convertida en hotel, escritor sureño  que como Lorca, Juan Ramón, Alberti, y así todos los de izquierda, es de familia distinguida. Se trata de una casa palacio del XVIII, con patios recovecos y terrazas, en las que se conservan tal cual puertas, ventanas, muebles y decoración. Sacrificamos algo la comodidad en aras de la estética y la Historia. Por la mañana visitamos dos tabernas imprecindibles: La Herrería, y los ases del arte.
En la primera, disfrutamos de su decoración rústica y de su manzanilla. En Los Ases del Arte aún no hay cante, es demasiado temprano. Aunque mas pequeña, tiene un aire al Manteca, con las paredes cubiertas de foto, en este caso no solo de flamencos, sino de grandes artistas en general, incluido 
¡Frank Zappa! El esplendido paisaje del Bajo Guía nos abre el apetito. Esto es Sanlúcar, así que seguimos con la manzanilla y nos comemos los langostino mas rico que hemos probado nunca esta vez en casa de Joselito Huerta. El primer licor no los bebemos mirando al Bajo Guía  en el F5 el bar de Carlos Herrera. El segundo en la impresionante terraza del Hotel Guadalquivir. Por la noche, Rafael ha desatendido ya la barra de Los Ases y está cantando por soleá. Alguien se arranca con unas deliciosas colombianas. De Barbiana nos vamos cuando vemos un atisbo de cierre, por que como Silvio el rockero, no podemos soportar que nos eche de los bares.
El desayuno, cómo no, en los jardines del Palacio Ducal, una vez visitado por dentro y disfrutado sus terrazas. Tras una vuelta por el barrio alto, hay que seguir culturizándose, así que nos dirigimos a Argúeso. Oh está de reforma pero no importa, el Cádiz ha ganado. Por fin nos encerramos en el Guerrita templo del vino, primero un amontillao. Y luego manzanilla a discreción. De comer, carne 
al toro (es de ternera). A propósito, un amigo dice que es la única forma digna de comer carne es la de toro (pensamos en las granjas de pollo o en la matanza del cerdo).
Al atardecer regresamos a Cádiz. Ya ha pasado todo.

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