miércoles, 11 de enero de 2017

                                                        LAS PRUEBAS DE ACCESO A LA
                                                                        UNIVERSIDAD

La publicación en el BOE del pasado 23 de diciembre de la orden del Ministerio de Educación que establece las características, diseño y contenido de la evaluación de Bachillerato para el acceso a la Universidad sigue dejando  en el aire muchas incógnitas. A estas alturas ya puede afirmarse que- salvo milagro de ultima hora- los alumnos de este curso van a ser los paganos de la Lomce y de las erráticas negociación  del Gobierno y el PSOE negociación que parece pensada más para producir titulares en la prensa que para afrontar problemas reales de la educación. Con todo tipo de recurso se ha publicado la consecución  de un acuerdo para paralizar la implantación de la Revalida en segundo de bachillerato y para modificar el acceso a la Universidad, sin embargo, un atento examen de las disposiciones legales  revelan que se trata de una verdad inventada, de esas del régimen de la postverdad en la que vivimos hoy. Efectivamente si bien es cierto que en este curso no se van a hacer pruebas de evaluación (o revalidas) para la obtención del titulo de Bachiller, es igualmente cierto que esto ya estaba previsto en la Lomce, concretamente en el apartado 3 de la disposición final quinta. Es decir se nos ha vendido como un logro en la paralización  de la Lomce ¡conseguir que se cumpla una de sus disposiciones! Concretamente en el párrafo tercero de ese apartado de la disposición adicional quinta, se establece claramente que la prueba de evaluación del Bachillerato no será necesaria para obtener el titulo de Bachiller y se realizara exclusivamente para el alumnado que quiera acceder a estudios universitarios...que es exactamente lo que va a ocurrir.
Lamentablemente este juego de apariencias no ha hecho sino retrasar la regulación de las pruebas de acceso, de una prueba que debe realizarse antes del 16 de junio y que al día de hoy no está todavía perfilada, pues falta su concreción  en el ámbito autonómico.
Suponiendo celeridad en esta segunda instancia, resulta que el alumno y profesores disponen para prepararla escasamente de cuatro meses con sus correspondientes periodos vacacionales.
El problema no es sólo de tiempo sino también de sustancia, pues mientras se nos ha hecho creer que se ha paralizado la aplicación de la Lomce , la realidad es que la fórmula  de la prueba de acceso que se desarrolla en la orden  se atiene cabalmente la ley cuya aplicación  parecía paralizada lo cual plantea novedades e inconvenientes muy importantes. Es verdad que el formato, en cuanto duración  de las pruebas o materias que ser´ñan objeto de examen, es muy similar al de la extinta PAU, sin embargo, el tipo de prueba y la dificultad van a ser muy distintos. De entrada y a modo de ejemplo, hay que hacer notar que asignaturas como Historia de España- de examen obligatorio, pues desaparece la alternativa con Filosofía- ha aumentando considerablemente  sus contenidos sin que hayan aumentado las horas semanales es decir, el profesorado tendrá que enseñar mucha más materia en el mismo tiempo y, ello, sin disponer todavía de orientación precisa  sobre la prueba de acceso. No es difícil imaginar los problemas que tendrán los alumnos para engullir (aprender será mucho más difícil) tanto contenido en tan poco tiempo.
Otra cuestión es el asunto de las matrices de especificaciones al que se refiere el articulo quinto de la orden recién publicada en el BOE. Elaboradas para cada una de las materias en ella se concreta- hasta un limite casi ridículo - qué es exactamente lo que los alumnos tienen que demostrar que saben de cada bloque de contenidos. Son estas matrices y, en difinitiva, los denominados estándares de aprendizaje, lo que se convierten en núcleo central de la  prueba de acceso, lo que aboca a los profesores no ya a enseñar una materia sino a preparar a los alumnos para responder a cada uno de esos estándares. La cuestión - cuyo tratamiento requeriría  más espacio del disponible en este articulo- es fundamental. De haberse paralizado en algo la aplicación de la LOMCE hubiera sido preferible esto y no otra cuestiones meramente formales.
Bien, pero el problema que en el currículum establecido por nuestra consejería de Educación- la diferencia de lo que ocurre en otras comunidades-, es un alarde de ingenuidad o incompetencia, han desaparecido los estándares de aprendizaje de manera que el mensaje que tardíamente trasladó  a los profesores es que tal cosa no tiene más importancia. El galimatías es tremendo, pues las pruebas de acceso pivota sobre unos estándares de aprendizaje ¡que no figuran en el currículum de Andalucía.
Por el bien  del alumnado que se va a presentar a las pruebas y para no volver más locos a los docentes, algo hay que hacer, pues semejante entuerto puede producir daños irreparables. lamentablemente, otra vez, parece que los asuntos de la educación  se manejan en términos publicitario muy de espalda a la realidad



No hay comentarios:

Publicar un comentario