jueves, 12 de enero de 2017

                                                                           COLUMBUS

De toda la historia de Filadelfia, ésta es la mas bonita. Mi hija Andrea voló el sábado de Madrid a Filadelfia y alli cogió otro avión hasta Columbus , capital del estado de Ohio. Es como un acto de justicia poética que la niña que aprendió a andar en plena Expo del 92, su primera caída coincidían con las medallas que conseguimos en los Juegos Olímpicos de Barcelona, llegara en avión, esa carabela clavileña, a la ciudad que lleva impreso el nombre del almirante que cambio la manera de entender y mirar el mundo. El autor rocambolesco  de una gesta que se conmemoro  en el enésimo Bienvenido, mr Marshall que en esta tierra celebra como nadie. Al verla marchar, aunque la morriña se educa, me sentí uno de los personajes que despiden a los marineros en Palos de la Frontera en ese bellísimo cuadro de Cabral Bejarano que se encuentra en el monasterio de La Rabida.
Mi hija tenia miedo al peso de los libros que llevaba. Está en Athens, una ciudad del estado de Ohio famosa por su buena reputación  en Filología Hispánica. Llego a casa muy contenta con los cuatros libros de Cátedra que adquirio en la librería Céfriro sobre la que corren rumores de clausura pese a estar en la calle Virgen de los Buenos Libros. Por peso, a mi hija le preocupaba que saltaran las alarmas con el Libro de Buen Amor,  de Juan Ruiz Arcipestre de Hita, en edición de Alberto Blecua, que empieza con una sentencia que es valida para todas las facetas de la vida: "Las obras maestras suelen deleitar a los lectores y martirizar a los críticos".
Deleite puro, puro martirio, era lo que completaba el equipaje libresco de mi pequeña Andrea. Tres clásicos de la literatura española en sendas ediciones de estudioso foráneos. Los Milagros de nuestra Señora de Barceo, en una edición  que Michael Gerli terminó en 1984 con una beca de la Universidad de Georgetown. El poema del mio cid que rima con al-Mutamid en la leyenda del pedestal de la estatua de Anna Hyatt Huttington, está a cargo de Colin Smith, nada menos que 27 ediciones  de este profesor de la Universidad de Cambridge 24 ediciones publicado Cátedra de
La Celestina de Fernando de Rojas, un estudio de Dorothy S. Severin. Salvo esta ultima, cuyo primeros ejemplares aparece en Burgos y Toledo en 1499 y 1500, las historias de Rodrigo Díaz de Vivar, Calixto y Melibea y don Melón y doña Endrina son anteriores al descubrimiento de America.
Ellos fueron nuestros descubridores.

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