Queriendo enseñar agricultura a sus hijos les dijo:
- Hijos míos, ya veis como me he enriquecido.
Si me escucháis, vosotros también llegareis a ser ricos.
- Por favor, padre; dínoslo - le dijeron.
Entonce muy hábilmente aquel hombre
se las arreglo para se apartaran de la
vagancia, diciéndoles:
- Tiene cada año un día único en el que,
si trabajas fuerte, te vuelve rico. Mi mucha
edad ha hecho que me haya olvidado de
cual es. Por lo tanto, no seáis nunca perezosos,
no estéis ocioso ni un solo día, no sea
que precisamente en ese día bendito os
descuidéis y luego os esforcéis en vano todo
el resto del año.
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