sábado, 27 de julio de 2013

CHORIZOS Y CROOKS

Tal vez el oficio de ladrón (en ingles thief) no sea el mas viejo del mundo, pues hay otro al que le suele atribuir esta distinción, aunque seguramente por ahí van los tiros. Hay ladrones buenos y también los hay malos, y no solo por ser malvado. Según dicen los creyentes, Jesucristo fue crucificado entre dos ladrones, uno de los cuales, Dimas, se arrepintió y así logro la salvación eterna de su alma. Como la mayoría de los oficios, el ladrón cuenta con una amplia variedad de especialidades, fruto estas de siglos de laboriosa experimentación y abnegado tesón, las cuales, en lo que va de siglo XXI, están viviendo su momento de mayor esplendor.
Ahor5a bien, la palabra ladrón, quizá por la susodicha referencia bíblica ha perdido en los últimos tiempos algo de su antiguo brillo, y la gente prefiere referirse a los que son culpables-o simplemente acusados- de latrocinio como CHORIZOS (crooks en ingles). Incluso son reducidos a meros chorizos los ingeniosos, estafadores o timadores (swindlers) de la vieja escuela. Ni siquiera los rateros y los cacos más tirados se salvan. A uno ya no le roba la cartera un carterista; de eso nada: lo que hace el muy chorizo, por muy experto que sea, es chorizártela. No poner freno a esta nefasta y empobrecedora tendencia (se diría que internacional) de reducir a una sola palabra tamaña riqueza lingüística y vocacional seria un delito de juzgado de guardia.

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