miércoles, 24 de julio de 2013

CUSTODIA COMPARTIDA

En 1999,tras dos años de matrimonio y con dos hijos de 8 y 23 meses, mi esposa me pidió la separación. El mundo se me vino abajo. Pretendí no enterarme. Decidí pedir la custodia hasta dejarme la piel cuando ya no había mas que hacer. Primero en primera instancia, después en la Audiencia de Barcelona. La abogada contraria es de las que en Norte América llaman "Gladiators": van a por todas sin reparar en los medios. Me deje todo mi dinero y parte del de mi padre, y mas por pedir una nulidad eclesiástica que me concedieron. Como ya sabia, aunque tenia visos de esperanza, pidiendo la custodia no gané nada más que lo que hubiera ganado aceptando las condiciones de mi conyugue: marcharme del piso (de mi padre) y llevarme mis cosas (las que cabían en el altillo de la casa de mi padre (donde dormí sin paredes 6 meses) y ver a los niños un día por semana hasta que tuviesen tres años, además de pasar una pensión (eso sí, en 14 años no he llegado ni con el IPC anual a lo que me pedía)... El abogado que llevé a la Audiencia (anteriormente cambie de abogado seis veces hasta dar con una chica de 23 años que lucho por la custodia) era el mejor de Barcelona. Vicepresidente de la Asociación española de abogados de Familia, pero me adelanto: la custodia no la vamos a conseguir y le pueden aumentar la pensión. Si aún así quiere es tanto mas IVA. Fuimos, y paso lo que me previno a pesar de que se lo escucharon atentamente. Me perdí el día a día de la infancia de mis hijos ... He aprendido mucho, he aprendido que la pareja son dos, y que amar no es depender. Cuantos padres han pasado por un infierno, han sentido su alma partirse en dos, han conocido la desolación, la impotencia mas implacable, han acabado en la calle no han aguantado. Cuánta injusticia por leyes imperfectas, eso que la jueza de la primerísima se intereso por la pareja sugiriendo que a lo mejor no había que llegar tan lejos: que ya habíamos pasado lo peor; no la olvidare, embarazada como estaba. Como dice Benedetti de todo adiós se aprende; pero ¡de que manera! Y como dice Churchill, si te ves en el infierno, sigue caminando.
Gracias a los que han luchado asociándose y no cediendo ante la adversidad, ante el haberse visto convertido en pagadores y visitadores, hoy ha cambiado todo. Hoy existe la custodia compartida por regla general, idealmente cuando los progenitores se entienden. Estos días está siendo tratado el asunto en los periódicos. El consuelo mío y de tanto es que los hijos no se divorciaron de sus padres. Uno puede seguir siendo padre siempre ejercer como tal.

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