martes, 23 de julio de 2013

DIVISIONES EN LAS CALLES

Con razón a la justicia se le representa, además de con los ojos vendados, sosteniendo una balanza en una de sus manos, una representación de los dos brazos del artilugio para medir y pesar lo justo pudo vivirse en Cádiz en la tarde de ayer. El asunto del ya ex director del colegio Salesianos detenido el pasado marte por supuesto delito contra la integridad moral e indemnidad sexual de lo que supuestamente habrían sido victima varios alumnos de entre 12 y 14 años siguen coleando y encienden pasiones. A favor y en contra. En honor a la justicia, ya que la verdad no la conocen excepto el cura salesiano y la docena de denunciantes, hay que remachar que todo el mundo es inocente hasta el momento en el que se demuestre lo contrario. Hacer gala de la defensa a ultranza de la presunción de inocencia de cualquier persona acusada de cualquier delito es síntoma de una sociedad democrática y culturalmente avanzada. Tomar lo que uno desea que sea y dejar de lado lo que no, en obtuso y pueril.
Bien es cierto que existen delitos en los que la gran mayoría es dada al prejuicio. Claro ejemplo de ello es éste, como lo es el maltrato en el ámbito familiar. Pero este caso no es para tomarlo a la ligera por aquellas personas las que el clero, porque sí, no les resultes santo de su devoción. Son las pruebas y los jueces los que deben aportar luz al caso. Mientras, deben calmarse los ánimos y confiar en que todo se resuelva sin enfrentamientos en las calles.

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