Desde hace unos años España ha perdido totalmente el peso de la esfera internacional. Un país como el nuestro, con un gran potencial económico en el mundo no puede quedar relegado a ocupar un papel de segundo en la esfera europea y pasar prácticamente desapercibido en la esfera internacional.
Han sido toda una serie de irresponsabilidades política y la crisis económica lo que ha dejado en una posición trmendamete frágil en el plano internacional. No pintamos nada al haber cometido cierta torpezas y al tener que pedir dinero para salir del hoyo económico en el que estamos metidos.
Lo económico no se ha solventado para los ciudadanos pero sí es cierto que se va cumpliendo con lo que nos obliga Europa. En lo político estamos en un momento cláve para aprovecharlo.
Les comento esto a raíz de la conversación telefónica mantenida los presidentes de España y EstadosUnidos, Rajoy y trump, la noche la noche del martes.
Si se logra ese grado de representatividad España volverá a tener peso en el mundo. Si se queda en el simple ofrecimiento que no tiene recogida por la otra parte seguiremos estando a la cola de Europa y sin nivel suficiente para liderar Iberoamérica.
Ahora bien, está colaboración no debe ser a cualquier precio. Debemos aprender del pasado. El presidente de España no puede aparecer de nuevo en un rancho con los pies en alto de la mesa y fumando un puro con el "Mr Marshall" de turno. Debe de hacerse respetar la opinión de España por si misma y no ser perro faldero del presidente norteamericano. La consecuencias de aquella estancias en Texas ya la vimos: la guerra de Irak que tan grave consecuencias trajo a nuestro país como impulsor de la misma.
Esto es lo que les comento se me antoja harto dificil. El presidente Trump está acostumbrado por su periplo empresarial al ordeno y mando. Se esta viendo en sus primeros días de mandato que sus decisiones son puro golpe de efecto para demostrar que puede gobernar el país desde su opinión y sin contar con los demás. Un país no es una empresa, es más dificil de manejar en tanto que hay que tener en cuenta a los que nos votan y a los que no.
Por ello, Rajoy debe de poner encima encima de la mesa el próximo mes de mayo en la cumbre de la OTAN su colaboración pero no a cualquier precio antes quien levanta muros y no respeta los derechos básicos de la ciudadanía en muchos aspectos. Si lo logra, una vez que el Reino Unido deje la Unión Europeo por el Brexit, se quedara como gran Gobierno estable ante la incertidumbre que plantea las elecciones en Francia o en Alemania.
A ver sí no lo estropeamos una vez más y podemos volver a ser lo que fuimos.
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