lunes, 6 de febrero de 2017

                                                             CATALUÑA, DE MAL EN PEOR

Pese a los buenos propósitos del Gobierno de España de reconducir la situación en Cataluña- para lo que vicepresidenta del Gobierno, Soraya sáenz de Santamaria, llego ha abrir un despacho en Barcelona- La situación no sólo no ha mejorado sino que cada día que pasa va a peor. No hay día que esta comunidad autónoma acapare titulares en la prensa, siempre negativos. La semana pasada todo el país se quedo asombrado por la denuncia de ex del senado independentista Santiago Vidal del que la Generalitat había conseguido ilegalmente datos fiscales de los catalanes, vulnerando de esta forma las legislaciones españolas y europeas. Ahora, la Generalitat - cuya falta de respeto al orden constitucional y a la legalidad en general ya es patente- presume de que tiene ya plena capacidad tributaria para sustituir al Estado español en la recaudación de una serie de impuesto que son de su competencia.Es decir que secretamente se ha montado una hacienda paralela a la española Las palabras de vidal- pese a los desmentidos del nacionalismo y sus antena mediática son cada vez más veces.
Los políticos independentistas catalanes que copan un altísimo poder institucional no se olvide - ya no se contentan con ningunear al Tribunal Constitucional y hacer todo lo posible por crispar las relaciones con Madrid. en los últimos días hemos vistos cómo en vez de reconsiderar la convocatoria
de un referéndum legal, que no cuenta con ningún apoyo internacional y que supondría  una de las crisis institucionales más grave de la historia contemporánea española, se empeña en adelantar la fecha de su celebración. Al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se le puede criticar una cierta pasividad en el pasado, pero es cierto que ante la contumacia del nacionalismo catalán es muy difícil oponer la buena voluntad y el dialogo.
Lo que empezó siendo considerado un envite más de Cataluña para conseguir rédito económicos, se ha desvelado como una auténtica maniobra para romper la unidad de España. Ante el continuo desafío de los soberanístas, solo queda aplicar la ley en el sentido más estricto  de la palabra. En la ciudadanía  empieza a cundir un cierto cansancio. Si ldea Generalitat no es capaz de cumplir y hacer cumplir la ley debe de ser intervenida de acuerdo de nuestra Constitución. Lo contrario seria inaceptable y llevaría a ahondar más en la desafección ciudadana hacia sus instituciones. Se puede y se debe hablar sobre cualquier asunto que preocupe al nacionalismo catalán, pero no se le debe permitir el más mínimo quebrantamiento de la ley.

No hay comentarios:

Publicar un comentario