Ese es el problema, que el consumidor lo paga. Y ya se veras después en tribunales si les da la razón o no. Desde mi punto de vista la normativa está echa para quien infringe la misma, es decir, en multitud de ocasiones, con grandes empresas y corporaciones, incumplir la normativa, aunque sean sancionados, es rentable. Se gana siempre porque la cuantía de las multas son insignificantes, y por otro lado el porcentaje de consumidores que reclaman es mínimo por las trabas que hay para ello (en muchas ocasiones teniendo que ir a tribunales para conseguir el reconocimiento de sus derechos).
Desgraciadamente las grandes empresas juegan con las grandes cifras, que son las que le dan los importantes resultados de la suma global de lo cobrado irregularmente a los usuarios. Les pongo un ejemplo ayer se ha hecho publica una sanción de la CNMC contra Orange por vulnerar la legislación vigente a la hora de impedir la portabilidad, es decir a la hora de no dejar que un usuario cambie de compañía de telecomunicación libremente. Pues bien la multa fue de ciento veinte mil euros.
Una minucia si tenemos en cuenta lo que esta compañía ha ganado con los usuarios a los que no ha dejado marcharse. Unos quinientos, según quien impone la multa pero estoy seguro de que son muchos mas, automáticamente y hay que ver cuántos mas le ha ocurrido lo mismo.
Vuelvo a proponer a los partidos políticos para el próximo 20-D una propuesta que le reportaría miles de votos. Les ofrezco gratis la idea, sin cobrar nada ni pretender nada a cambio.
Señores políticos, cambien la normativa y establezcan inmediatamente el resarcimiento del daño a los consumidores cuando se ha vulnerado claramente la legislación. Además pongan sanciones contundente al sector que vaya en beneficio de la formación e información a los consumidores a través de sus organizaciones representativas.
Les aseguro que los problemas en electricidad, banca,telecomunicaciones, seguros etc...se terminarían en menos de un mes.
Solo con eso estaríamos solucionando buena parte de la vida de los ciudadanos que no llegan a fin de mes por los elevados pagos derivados en parte por estas sanciones que hoy en día se ponen pero son estériles, es más las empresas cuentan con ellas y las tienen consignadas en sus presupuestos ante posibles estudios por parte de la Administración Publica. Eso sí al pequeño empresario, al que se levanta cada día asustado por lo que van a vender para poder subsistir a la mínima irregularidad o desconocimiento que se detecte se le pone en el cuello y se lleva al borde del abismo para que cierre su negocio. Señores, esta es la nuevamente la nueva España que tenemos, entre todos podemos cambiarla. No lo dejemos pasar el próximo mes de diciembre.
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