Ya sabemos que la mayoría es entre un hombre y una mujer pero son bastantes los Estados que van regulando lo de personas del mismo sexo.
La Constitución no contiene un concepto de matrimonio sino que reconoce el derecho del hombre y la mujer contraer matrimonio en plena igualdad jurídica, La Real Academia Española lo tiene ya depurado y corregido: Unión de dos personas mediante determinado ritos o formalidades legales que es reconocida por la ley como familia.
En España se ha dado el hecho harto hipócrita de un presidente de gobierno -Mariano Rajoy- que tubo recurrida personal y colectivamente como partido ante el Tribunal Constitucional la norma aprobada por el ultimo gobierno socialista y se ufana de ir a la fiesta del matrimonio civil homoxesual de uno de sus vicesecretario -Javier Maroto-. Otros dieron la versión de que así Rajoy lo que demuestra es ser el más demócrata de los españoles, porque acepta el criterio del tribunal.
El matiz, no menor, es que nadie se hubiera podido casar con alguien de su mismo sexo si hubiera dependido de él.
Hasta aquí lo serio. La broma es otra. En Alella, en Cataluña, hace algunos años establecieron como
responsabilidad municipal la realización del bautizo civil. Lo dijeron por lo fino y era la "ceremonia civil de imposición de nombre".
Ahora en Rincón de la Victoria, en Málaga, han encontrado otra innovación con la comunión por lo civil, como "una celebración del paso de la infancia a la preadolescencia".
Tanta cursileria y derroche de 1+D+1 de una corporación municipal con la cantidad de problemas que tienen los ciudadanos, con la enorme cifra de desempleo que hay en toda España y algunos ayuntamientos dedicándose a estas cosas es descorazonador. Puesto a rizar el rizo, lo que queda por regular es ya la extremaunción por lo civil. No sé que alcalde o concejal asistirá en la hora suprema
de la muerte a dar el último aliento civil al moribundo que requiere el consuelo de su comunidad. Sera conmovedor.
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